Hay publicaciones en las redes sociales que urgen a las autoridades electorales a rechazar o a no certificar los resultados que les parecen poco confiables, pero esto es algo que la ley no les permite hacer.
Un ejemplo de qué puede pasar en estos casos fue cuando los comisionados locales del condado de Otero, Nuevo México, se negaron a certificar los resultados de las elecciones primarias. Luego, revirtieron su decisión después de que la corte suprema del estado se lo ordenara.
Las autoridades estatales y locales certifican los resultados de una elección después de que se hayan contado todos los votos y, en algunos casos, después de que se haya completado todo recuento, auditoría postelecciones o impugnación judicial que se haya realizado y haya confirmado los totales de votos. Una vez que se obtengan totales finales, las autoridades electorales y los gobernadores están obligados a certificar al candidato o candidata que haya obtenido la mayor cantidad de votos como el ganador o la ganadora.