Prólogo
Las fotos de personas en Milwaukee haciendo cola para votar el 7 de abril con equipos de protección personal hechos a mano resultaron tan hermosas como desgarradoras. Resultó hermoso, y hasta inspirador, ver que muchas personas, aun con una pandemia mortal a la vuelta de la esquina, les importara tanto su derecho al voto que hubieran acudido a las urnas. Y resultó desgarrador que hayan tenido que arriesgar su salud para hacerlo.
Algunos informes periodísticos indicaron que Milwaukee, la ciudad más diversa de un estado mayormente blanco, había reducido sus 180 sitios de votación usuales a tan solo cinco. La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto graves problemas en nuestros sistemas electorales, y ha vuelto urgente la necesidad de reforma. Sin embargo, los votantes de color y de comunidades demográficamente cambiantes de todo el país ya lo sabían. Según un informe del Brennan Center sobre las desigualdades raciales en cuanto a la espera en las urnas, los estadounidenses negros y latinos deben esperar más tiempo para votar en el día de las elecciones que los votantes blancos. Antes, estas largas esperas eran un trastorno y privaban del derecho a votar a muchas personas. Ahora, en medio de una pandemia, podrían además ser mortales.
Si bien nuestro informe (aquí en inglés) se redactó antes de la erupción del coronavirus, resulta ahora aún más esencial porque brinda información sobre las necesidades de las comunidades y los errores comunes que se cometen durante el proceso de planear y emplear personal para las elecciones en persona. Aunque sin dudas el riesgo de Covid-19 impulsará a que más votantes envíen su voto por correo, algunas comunidades, más comúnmente de color, dependen de los sitios de votación. Debemos asegurarnos de que haya opciones para votar en persona y que tengan la suficiente cantidad de recursos adecuados.
Los meses previos a las elecciones generales de noviembre han sido marcados por enormes trastornos y grandes adversidades en todas las facetas de la vida de nuestro país. Al momento de publicar este resumen, la pandemia se ha cobrado la vida de más de 200,000 estadounidenses. También ha hecho que se cierren escuelas, que las personas pierdan sus empleos y que todos nos distanciemos unos de los otros. Nuestro derecho fundamental al voto y nuestros procesos democráticos son más importantes que nunca: las autoridades que elegiremos tomarán decisiones vitales que afectarán nuestra salud, seguridad y bienestar.
En estos tiempos difíciles, nuestro país no se beneficiará del buen juicio y la experiencia de todos sus ciudadanos si no podemos votar con libertad y sin riesgos.
Myrna Pérez
Directora, Programa sobre Elecciones y Derecho al Voto
Brennan Center for Justice en la Facultad de Derecho de NYU