Hemos visto muchísimas publicaciones en las redes sociales que hacen circular la mentira de que los buzones de devolución de boletas, el voto por correo o la votación en ausencia son medios para crear un fraude electoral masivo. La realidad es que el voto por correo se ha estado utilizando con éxito en los Estados Unidos durante más de 150 años y, durante todo ese tiempo, los estados han incorporado múltiples características de seguridad para protegerlo de posibles infracciones.
El fraude electoral derivado de las boletas que se envían por correo o se colocan en los buzones es algo extremadamente raro, tan raro que hay numerosos análisis que demuestran que es más probable que nos caiga un rayo encima que se cometa fraude electoral con una boleta enviada por correo.
Si bien cada estado tiene sus propias prácticas, una de las más frecuentes es monitorear los buzones de devolución de boletas con un sistema de vigilancia por video o con equipos de trabajadores electorales de los dos partidos políticos para garantizar que no se roben ni se alteren votos. Otro método muy utilizado es emplear a equipos de funcionarios de los dos partidos políticos cada vez que se manejan boletas, incluso cuando se procesan y se cuentan.