En los Estados Unidos, la urgente necesidad de reformar nuestro sistema de justicia penal queda debilitada por los mitos sobre una delincuencia en aumento o fuera de control, que el presidente Trump tildó de “carnicería” durante su discurso inaugural. Según esta retórica, para garantizar la seguridad del público se necesitan políticas penales más estrictas y punitivas, tales como las leyes de los tres casos de reincidencia y sentencias mínimas obligatorias. Se suele argumentar que, sin estas medidas, habrá muchos más ciudadanos víctimas de la violencia y los disturbios supuestamente galopantes que afectan nuestra nación.
Sin embargo, los números cuentan otra historia muy diferente. Los análisis serios y fiables del Brennan Center demuestran que las tasas de delincuencia han disminuido considerablemente desde comienzos de la década de los 90 y, en las ciudades más grandes del país, tanto las tasas de delitos totales y las de delitos violentos siguen estando en los niveles más bajos de la historia. Necesitamos políticas públicas que estén basadas en información y datos reales, no en politiquerías ni alarmismos. En Brennan, actualizamos nuestras investigaciones varias veces por año y, por eso, podemos ofrecer un amplio panorama actual sobre la delincuencia en los Estados Unidos. Así, podemos desacreditar las narrativas falsas de una “ola nacional de delincuencia” y proporcionar los datos verdaderos sobre delincuencia a las personas encargadas de diseñar políticas y al público en general.