Y algunos de los distritos de aspecto irregular no están manipulados, sino que en realidad se trazaron de esa forma para brindar a las comunidades la representación justa que se merecen.
Es lógico sospechar de distritos con aspecto irregular. Pero a veces los límites que a primera vista parecen irregulares siguen algún accidente geográfico natural, como un río, una sierra o una cordillera. O podrían ser necesarios para unir a las comunidades que viven en diferentes regiones, pero que comparten las mismas necesidades de representación, como las comunidades no blancas que han sido objeto de la discriminación residencial. Otras veces, los límites irregulares sí responden a una manipulación política, pero es imposible determinar la forma en que un mapa pueda afectar la representación con tan solo una mirada rápida.
La forma que toma un distrito es tan solo uno de los factores que debemos considerar a la hora de analizar los efectos que tendrá un mapa propuesto sobre la representación. La inspección visual puede ser un análisis útil, pero, a fin de cuentas, muy incompleto de los nuevos mapas distritales. Es una buena prueba inicial que puede ayudar a identificar dónde se necesite una evaluación más profunda.
Es decir, no juzguemos un libro por su tapa. En cambio, vayamos más allá de la superficie e intentemos descubrir si las comunidades han recibido un tratamiento justo.