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Justo cuando parecía imposible que el Congreso pudiera ser más disfuncional, el mes pasado la Cámara de Representantes perdió a su presidente y reinó el caos. La polarización, paralización y la posibilidad de un cierre del gobierno quizá produjo consternación entre los observadores, quienes ahora piensan que nuestra legislatura nacional está irremediablemente rota.
Pero lo que el público quizá no sepa es que, en medio de todo el tumulto, el Congreso trabaja silenciosamente para volverse más eficaz, eficiente y transparente.
Los esfuerzos que el Congreso hace desde hace más de cuatro años por modernizarse son una luz en la oscuridad. Es más, este “caso de asombrosa eficacia”, como lo describió el Washington Post, podría ser la base de futuros esfuerzos para que el órgano legislador mejore su labor de legislación respecto a asuntos científicos y tecnológicos cruciales.
Las reformas recientes empezaron en enero de 2019, cuando la Cámara de Representantes creó un Comité Selecto para la Modernización del Congreso. Como explicó el congresista Derek Kilmer (D-WA), expresidente del comité, su misión era “hacer que el Congreso funcione mejor para beneficio del pueblo estadounidense”. De 2019 a 2022, el comité aprobó 202 recomendaciones, y se ha implementado más de 20 por ciento de ellas en su totalidad y 88 por lo menos parcialmente.
Su labor incluyó una gran variedad de asuntos, como mejorar la diversidad y retención de personal, aumentar los conocimientos del Congreso y simplificar procesos para ahorrarles dinero a los contribuyentes. Por ejemplo, el 117.mo Congreso creó una oficina permanente, la Oficina de Diversidad e Inclusión (ODI), para reclutar y retener empleados de diversos orígenes, ya que su personal es mucho más blanco que la población general.
A pesar de que 40 por ciento de la población de Estados Unidos está compuesta por personas no blancas, según el Informe de 2020 del Centro Conjunto para Estudios Políticos y Económicos (Joint Center forPolitical and EconomicStudies), solo constituyen 19 por ciento de los jefes de personal y política, y directores de comunicaciones, de la Cámara de Representantes y apenas 11 por ciento de los del Senado. Desde que ODI se creó hace dos años, ha ayudado a cientos de candidatos no blancos a prepararse para entrevistas y conseguir trabajo en el Congreso, además de recopilar datos importantes sobre sueldos y ascensos.
Además, en su afán por retener a empleados talentosos, la institución cortó el vínculo entre el sueldo del personal y el de los miembros del Congreso, de manera que la paga de los empleados ya no la limitan los niveles salariales de los miembros. La Cámara de Representantes también actualizó los estándares de comunicación y tecnología, y mejoró el acceso a los sitios web del Congreso por personas con discapacidades.
Además, como parte de los esfuerzos de modernización, se ha expandido la división de Ciencias, Evaluación Tecnológica y Analítica de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (Government Accountability Office). Hace unas tres décadas el Congreso dejó de asignar fondos a la Oficina de Tecnología y Evaluación, entidad que ayudaba al Congreso a comprender asuntos científicos emergentes, a lo que el reportero Chris Mooney llamó “un asombroso acto de autolobotomía”
La investigación de la oficina estuvo detrás de importantes medidas legislativas, entre ellas prolongar los rembolsos de Medicare y limitar el uso de pruebas de detección de mentiras por empleadores. En 2019, se asignó a la división de ciencias y tecnología mayores recursos para desempeñar algunas de las funciones de la oficina de tecnología, que había cerrado. Durante los cuatro años siguientes, la división pasó de tener 49 a 157 empleados, y publicó 46 evaluaciones tecnológicas y resúmenes explicativos.
Desde que el Comité Selecto de Modernización cerró en 2022, esta labor ha seguido mejorando. Este año, el Comité de Administración de la Cámara de Representantes creó un Subcomité de Modernización de carácter permanente en un esfuerzo por continuar la labor iniciada por el comité selecto.
En septiembre, los congresistas Kilmer y William Timmons (R-SC), expresidente y miembro de alto rango del comité selecto, anunciaron la creación del Grupo para Solucionar los Problemas del Congreso (“FixCongress Caucus)”, compuesto por un grupo de miembros bipartidistas dedicado a mejorar la entidad legislativa.
Asombrosamente, la labor en estos asuntos ha contado con el apoyo de ambos partidos. El Comité Selecto de Modernización fue singular de muchas maneras. A pesar de que la mayoría de los comités solo contratan empleados partidistas, se empleó a personal bipartidista que trabaja para miembros de ambos partidos.
Si bien en la mayoría de las audiencias de comités, los miembros se sientan en lados opuestos de la sala, con su partido, el comité selecto asigna asientos alternos. Timmons reflexionó: “Al poner la formulación de política por encima del partidismo, el Comité de Modernización encontró puntos en común siempre que fue posible e hizo 105 recomendaciones durante el 117vo Congreso”. Timmons dijo que la labor del comité fue “el trabajo más gratificante de mi vida”.
Ahora que el Congreso lucha con asuntos cruciales como la inteligencia artificial y el cambio climático, es importante aprovechar este ímpetu bipartidista e ir más allá con las medidas para mejorar la capacidad del Congreso de legislar respecto a asuntos científicos y tecnológicos. Un nuevo informe del Brennan Center insta al Congreso a continuar sus esfuerzos de modernización con la creación de un nuevo centro científico y tecnológico en la división de Ciencias, Evaluación Tecnológica y Analítica.
Este centro recopilaría y diseminaría estudios y conocimientos entre comités y miembros individuales del Congreso, y los ayudaría a obtener acceso a fuentes externas fidedignas. Además, la división recientemente expandida podría seguir el ejemplo del poder ejecutivo y muchas entidades legislativas de todo el mundo al constituir consejos de asesoría por expertos para contribuir a redactar política sobre temas altamente técnicos.
En segundo lugar, el nuevo centro científico y tecnológico podría ayudar al Congreso a entender e interpretar información científica técnica e informar a los miembros y el personal sobre asuntos emergentes. El Congreso enfrenta cambios tecnológicos considerables y necesita acceso a información científica de alta calidad y la infraestructura para absorberla.
El Congreso también puede tomar medidas adicionales, entre ellas, aumentar personal y esclarecer la jurisdicción del comité. Y como los congresistas Kilmer y Timmons recomendaron, debe crear una comisión bipartidista para explorar estructuras y recomendaciones a fin de apoyar mayor uso de datos e investigación en la formulación de política.
Este es el momento para que el Congreso, equipado con apoyo de ambos partidos y resultados comprobados de reformas recientes, redoble sus esfuerzos y se asegure de contar con los recursos que necesita para tratar asuntos actuales en la política.
Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services