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Análisis

Una nueva herramienta contra la democracia

EagleAI es el más reciente esfuerzo de los negacionistas electorales de usar el mantenimiento de los padrones electorales como un vehículo para privar a gente del derecho al voto y diseminar desinformación.

Inside of polling place
Bill Pugliano/Getty
  • Un sistema que usa datos públicos sobre votantes amenaza con desprestigiar la administración imparcial de las elecciones y preparar el terreno para invalidar resultados electorales no deseados. 
  • Los funcionarios estatales deben prohibir su uso para que el movimiento de negacionismo electoral no se consolide.

Algunos de los más conocidos negacionistas electorales del país han lanzado EagleAI NETwork, un nuevo proyecto que podría socavar el derecho al voto y las elecciones. Entre sus principales partidarios están Jason Frazier de Georgia, quien ha impugnado la inscripción de innumerables votantes, y Cleta Mitchell, abogada del expresidente Trump que se hizo muy conocida por participar en la llamada telefónica en que Trump le pidió al secretario de estado de Georgia que “encontrara” 11,780 votos a su favor.

Si EagleAI remplaza los existentes sistemas de votación, se usará para desprestigiar la administración imparcial de las elecciones, privar a las personas de su derecho al voto y preparar el terreno para invalidar resultados electorales no deseados. Es un eslabón más en la cadena contra la democracia que crean los que están descontentos con los resultados de las elecciones. 

No se deje engañar por la alusión a la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) en su nombre. EagleAI no tiene nada de inteligente. Parece limitarse a ser un sistema que usa datos públicos sobre votantes compilados por un extractor de información de internet. Quienes la proponen la describen como Excel en su máxima potencia. 

EagleAI extrae información de fuentes como la base de datos nacional de cambio de dirección (National Change of Address) y registros del sistema de justicia penal y datos de impuestos sobre la propiedad para crear enormes listas de votantes. Luego destaca los nombres de personas que quizás no reúnan los requisitos para votar usando criterios poco fiables y hasta irrelevantes, como buscar coincidencias entre los nombres en los padrones electorales y los formularios de cambio de dirección, condenas de delitos mayores hasta simplemente registros en hogares para personas mayores (lo que implica sin fundamento que sus residentes por algún motivo no tienen la capacidad para votar).

Investigadores aficionados toman los nombres resaltados y buscan supuestas pruebas de que el votante no debería votar, como un mensaje desde otro estado en redes sociales. Luego, con un par de clics, pueden usar EagleAI para preparar automáticamente formularios de impugnación. Es solo una jugada para que los negacionistas electorales compilen una enorme cantidad de impugnaciones. 

Problemas con las impugnaciones masivas de votantes 

Como parte de sus tareas de rutina, los funcionarios electorales en todo el país actualizan sus listas de votantes y eliminan a aquellos que no pueden votar. De hecho, las leyes federales exigen que lo hagan.

La mayoría de los estados también permiten que cualquier persona cuestione si otras personas inscritas pueden votar. Estas impugnaciones solo las deben hacer personas con conocimiento directo de un cambio en la elegibilidad del votante, como alguien que era vecino de un votante inscrito que se ha mudado. Las impugnaciones por personas particulares aportan valor mínimo a la tecnología comprobada que usan los encargados de elecciones. En su mayoría, se limitan a interferir con la administración de elecciones y pueden privar a las personas del derecho al voto. 

El estado de Georgia, donde las elecciones son reñidas, es el epicentro de impugnaciones por individuos desde las elecciones de 2020. Un grupo cuestionó si 364,000 personas podían votar antes de las elecciones decisivas para el Senado en enero de 2021.

En 2021, Georgia expandió sus leyes de impugnación, que de por sí eran permisivas, y en 2022, un pequeño grupo de activistas cuestionó más de 90,000 inscripciones. Las juntas de condado rechazaron prácticamente todas estas impugnaciones. 

No fue ninguna sorpresa, pues, como hemos documentado, las impugnaciones masivas se basan consistentemente en datos en los que no se puede confiar. Para ser específicos, con frecuencia se pueden explicar las incongruencias en los datos sobre votantes con razones benignas en vez de incumplimiento de requisitos para votar.

Por ejemplo, es posible que los votantes quieran que se les envíe el correo a otra dirección pero siguen cumpliendo con los requisitos para votar donde están inscritos, o que las personas indiquen por error que todos los miembros de una vivienda se mudaron a pesar de que unos cuantos se quedaron allí, o que los registros públicos de propiedad no estén actualizados y que varias personas tengan el mismo nombre. Por lo tanto, las impugnaciones por personas particulares que se basan en estos datos tienden a incluir a personas que pueden votar en vez de identificar a personas que no pueden hacerlo. 

En el mejor de los casos, las impugnaciones masivas por personas particulares son redundantes. Las leyes federales exigen que los estados y las localidades mantengan padrones exactos, a la vez limitan cuándo pueden eliminar votantes de ellos. Cuando intervienen personas particulares con impugnaciones, con frecuencia ignoran estas limitaciones y presionan a las juntas locales a hacer lo mismo. 

En el peor de los casos, cuando se rechazan, las impugnaciones masivas tienen peligrosos efectos posteriores. Las juntas locales deben dedicar sus limitados recursos a investigarlas y quizá envíen notificaciones a votantes legítimos, lo que puede intimidarlos al punto de no votar. Además, con frecuencia, las impugnaciones contribuyen a la información incorrecta sobre elecciones al crear la falsa apariencia de que hay muchos registros cuestionables. 

Los mismos activistas responsables por promover estas impugnaciones masivas en Georgia y otros lugares ahora redoblan los esfuerzos de su esquema fallido con EagleAI. 

Socavar la administración responsable de elecciones 

La creación de EagleAI parece ser parte de un plan más extenso para dejar de mantener responsablemente las listas de votantes. Desde hace más de una década, funcionarios en muchos estados usan el Centro Electrónico de Información sobre Inscripciones (Electronic Registration Information Center o ERIC) para mantener los padrones exactos y fomentar el registro de votantes; en el apogeo de su uso, 33 estados y Washington, DC, llegaron a participar.

Al combinar de manera segura información confidencial del Department of Motor Vehicles(DMV) y los registros de votantes de estados miembros, además de bases de datos federales del seguro social y el servicio postal, ERIC usa tecnología sofisticada con inteligencia artificial para identificar a votantes que se han mudado o han fallecido.

Al usar datos confidenciales, crea mucho menos casos falsos de concordancia que otros métodos y produce una mejor lista de personas que quizás reúnan los requisitos para votar que los estados pueden contactar. ERIC ha sido muy elogiado por funcionarios electorales tanto republicanos como demócratas. Es un triunfo de la administración electoral profesional y competente. 

Desde 2022, negacionistas electorales de derecha, con la ayuda de Mitchell, encabezan una campaña implacable de desinformación que presiona a los estados a dejar el convenio. Nueve estados con líderes republicanos lo han hecho, entre ellos muchos que anteriormente elogiaban a ERIC como “un regalo del cielo” por la exactitud de las listas y prevención del fraude. 

A la vez que los funcionarios abandonaban su mejor herramienta para mantener padrones exactos, los fundadores de EagleAI trabajaban tras bastidores para promoverla como el remplazo de ERIC.

Muchos funcionarios han rechazado los acercamientos de EagleAI. Pero algunos funcionarios de condados en los estados de Georgia, Florida, Maryland, Nevada, Pensilvania y Texas, entre otros, supuestamente hablan de adquirirlo.

El problema es tan inminente que por lo menos un funcionario estatal, el expresidente de la Junta de Elecciones de Georgia William Duffey, envió una carta a una junta de condado para disuadirla de usar EagleAI y señalar que tal vez vaya en contra de las leyes de privacidad. 

EagleAI no solo es un sustituto inaceptable de ERIC, parece ser un esfuerzo por empoderar a ideólogos del negacionismo electoral que desean remplazar un sistema digno de confianza para el mantenimiento de padrones electorales con una variedad de impugnaciones masivas y poco serias. 

Una nueva artimaña de negacionistas electorales 

El movimiento para abandonar ERIC y promover alternativas como EagleAI propuestas por observadores autodenominados es peligroso por varias razones. 

En primer lugar, como ya se explicó, EagleAI parece depender de datos a disposición del público, los que no contienen suficientes detalles para corroborar con certeza la identidad de las personas. ERIC resuelve este problema al usar datos confidenciales de manera segura que identifican casos de correspondencia con mayor precisión.

EagleAI también imita la estrategia fallida de los impugnadores de Georgia de depender de pruebas problemáticas. Como el director de elecciones de Georgia Blake Evans dijo a los reporteros, “Los datos de EagleAI no ofrecen ningún valor agregado a los actuales procedimientos de mantenimiento de padrones de Georgia. . . Las presentaciones de EagleAI. . . son confusas y parecen llevar a los condados hacia actividades indebidas de mantenimiento de listas”. 

En segundo lugar, si EagleAI remplaza a ERIC, mucha de la responsabilidad por mantener listas exactas de votantes se transferiría de funcionarios profesionales a activistas particulares. Esta es una posibilidad especialmente riesgosa pues EagleAI no cuenta con las salvaguardas de ERIC. En vez de corregir resultados positivos que son falsos usando métodos comprobados, EagleAI depende de que los usuarios hagan su propia investigación con los nombres marcados.

Bien sabemos que los impugnadores con frecuencia presentan datos no verificados. Considérese el caso del condado de Gwinnett, Georgia. Su personal electoral examinó una lista de 37,000 nombres cuestionados y no encontró a nadie que incumplía con los requisitos para votar. EagleAI forzará a juntas locales con escasos recursos a dedicar cientos de horas valiosas a investigar especulaciones. 

En tercer lugar, los partidarios de EagleAI también proponen que los gobiernos locales la usen para resolver impugnaciones por particulares, lo cual llevaría a la desastrosa eliminación de votantes de los padrones.

Este esquema engañoso sigue al pie de la letra los planes de los negacionistas electorales. Ya que no hay evidencia de que la votación ilegal sea un problema generalizado, quienes creen que hay una conspiración crean la falsa apariencia de que hay un problema y luego exigen que el gobierno use la solución que ellos ofrecen, sin importar los efectos colaterales de la privación del derecho al voto y la intimidación. Quieren ser fiscal y miembro del jurado a la vez. 

Las purgas no son lo único inquietante de esta situación. EagleAI es un mecanismo más para generar evidencia falsa que los negacionistas electorales pueden usar como “prueba” de la mentira de que nuestras elecciones están plagadas de fraude. Simplemente al tomar a EagleAI en serio, los funcionarios locales podrían dar la impresión de que es legítima, lo que contribuiría a diseminar desinformación en el futuro. 

La falta de evidencia de fraude generalizado en nuestras elecciones siempre ha sido un obstáculo insuperable para los negacionistas electorales. Ya que no pueden encontrar ninguna verdadera prueba —a pesar de tratar mucho— recurren a una cortina de humo. El director Evans resumió el problema así: “EagleAI llega a conclusiones falsas y luego las presenta como si fueran evidencia de mala conducta”. 

La función de EagleAI como parte de la estrategia de derecha para socavar las elecciones y la confianza de los estadounidenses en ellas la comprueban sus partidarios.

Desde las elecciones de 2020, Mitchell  encabezó esfuerzos para dificultar la votación, canalizó fondos a la sumamente defectuosa auditoría poselectoral en Arizona y capacitó a un “ejército voluntario de ciudadanos” para que presionen a funcionarios electorales y vigilen los lugares de votación. Ahora Mitchell presta asistencia legal, estratégica y financiera a EagleAI. La red de activistas que encabeza ha estado contratando personal para sus operaciones en el estado y realizando una campaña para alcanzar a funcionarios electorales.

Jason Frazier, nominado a la Junta de Elecciones del condado de Fulton, cuestionó por sí solo y sin fundamento si miles podían votar el año pasado, lo que llevó a la Comisión del Condado de Fulton a rechazar su nominación, ahora él es un consultor para el diseño de la plataforma de EagleAI. 

Los estados y gobiernos locales deben rechazar EagleAI en su totalidad. Deben negar cualquier cuestionamiento que genere. Pero deben hacer más que eso para impedir que EagleAI y el movimiento de negacionismo electoral se consolide.

Los funcionarios estatales deben prohibir que los funcionarios locales usen EagleAI, y los estados que han abandonado ERIC deben volver a usarlo. Los estados deben promulgar leyes más estrictas de impugnación para exigir que se hagan individualmente, en base a conocimiento personal, y penalizar las impugnaciones frívolas. 

Para terminar, todos los funcionarios públicos deben denunciar enérgicamente el negacionismo electoral que produce maquinaciones como EagleAI. Es hora de dejar que los administradores profesionales de las elecciones hagan su labor. 

Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services