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Colaboradores

Hay que proteger a los votantes y al personal electoral de la intimidación armada

Los estados están tomando medidas para salvaguardar las urnas.

  • Allison Anderman
Agosto 26, 2024

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Si bien Estados Unidos conoce lo que es la violencia política, nuestras elecciones en el siglo XXI se han desarrollado con seguridad y sin peligros. Los escasísimos acontecimientos de violencia que han recibido una amplia cobertura en los medios impulsan la percepción del público de que la violencia política es inminente, pero, en realidad, lo que es mucho más probable que ocurra es la supresión del voto mediante actos de intimidación.

Y aunque raramente se han usado armas para cometer actos de violencia durante las elecciones, sí se están empleando cada vez más como herramientas de intimidación. Afortunadamente, muchos estados ya prohíben las armas en los sitios donde se llevan a cabo las elecciones, y este año varios estados más han tomado medidas para prohibirlas.

La propagación de teorías conspirativas relacionadas con las elecciones, en especial las promovidas por candidatos y autoridades del gobierno, ha provocado una oleada de amenazas sin precedentes contra las personas que administran las elecciones, a tal punto que el Departamento de Justicia creó en 2021 un grupo de trabajo encargado de procesar judicialmente a quienes cometen este tipo de delitos.

Por suerte, esta ola de amenazas ha producido hasta ahora muy pocos actos de violencia. Pero sí ha provocado un éxodo masivo de funcionarios públicos de carrera que tenían un nivel de experiencia irremplazable. Esta carencia de personal crea la posibilidad de que se caiga en errores de buena fe durante el proceso electoral que, irónicamente, pueden dar lugar a más conspiraciones negacionistas de elecciones. En última instancia, las agresiones contra el personal electoral pueden ocasionar perturbaciones en el proceso de votación que provoquen una verdadera privación del derecho al voto. La intimidación a votantes, que afecta muchísimo más a la población no blanca, se hizo presente en las elecciones de 2020 y no muestra ninguna señal de disminuir en 2024.

Quienes buscan intimidar al personal electoral y al electorado están usando cada vez más armas de fuego para lograr sus objetivos. En los últimos años, se ha sabido de personas que han mostrado sus armas para intimidar a votantes y otras personas mientras contaban boletas.

Un grupo de personas armadas se aparecieron en la casa de la secretaria de estado de Míchigan, Jocelyn Benson, mientras ella estaba decorando su hogar para la Navidad con su hijo pequeño, y la acusaron de fraude electoral. Si bien estos actos no tuvieron consecuencias violentas, sin duda contribuyen a un clima de miedo para el personal y autoridades electorales y para la población votante.

En una nación donde el número de armas de fuego que poseen las personas aumenta cada vez más y donde la Corte Suprema ha restringido drásticamente la capacidad de regularlas, es fundamental garantizar que, en los sitios de votación, los centros de conteo de votos y los demás sitios donde trabajan las autoridades electorales, se prohíba la portación de armas.

Las leyes que prohíben portar armas en ciertos lugares son efectivas. Incluso el 6 de enero de 2021, el grupo de insurgentes que invadió el Capitolio en un intento por revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020, en su gran mayoría, no llevaba ni usó armas. Al parecer, el grupo de insurrectos cumplió con las leyes del Distrito de Columbia que prohíben la portación de armas en los alrededores del Capitolio o la portación de armas a la vista en general.

Si bien la Corte Suprema ha debilitado, en muchos aspectos, la capacidad de proteger los medios efectivos de prevenir la violencia armada, también ha dejado en claro que la Segunda Enmienda les permite a los estados prohibir las armas en sitios donde se estén llevando a cabo elecciones. Como reflejo de esto, varios estados que tienen una ávida cultura a favor de las armas y altos porcentajes de posesión de armas, como Arizona, Florida, Georgia, Luisiana y Texas, han prohibido las armas en sitios donde se vota desde hace mucho tiempo.

Dado que las amenazas y los actos de intimidación dirigidos contra las autoridades electorales han aumentado astronómicamente en los últimos años y el riesgo de intimidación a votantes sigue siendo alto, más estados han reconocido la urgencia de prohibir las armas de fuego en los comicios.

En 2024, el Brennan Center y nuestros aliados ayudaron a promulgar leyes en Colorado, Massachusetts y Vermont que prohíben las armas en los sitios de votación o de conteo de votos, así como también una ley en Nuevo México que prohíbe la portación a la vista en los sitios de votación. Es probable que Míchigan apruebe una ley para fines de este año que prohíbe portar armas a la vista en los sitios de votación y portar todo tipo de armas de fuego donde se cuentan votos. Estos estados se suman a más de la docena de otros que ya prohíben específicamente la portación de algunas o todas las armas en sitios de votación. Muchos más estados prohíben las armas de fuego en las escuelas y otros lugares que se suelen usar como sitios de votación.

 

 

El Brennan Center también ayudó a proponer leyes estatales pioneras basadas en la Ley de Derecho al Voto federal que le permiten al electorado y al personal electoral demandar a quienes les intimiden o amenacen. Las autoridades electorales como Benson, que son amenazadas fuera de su sitio de trabajo, pero debido a su puesto en la administración electoral, también pueden presentar demandas.

Es importante señalar que esta medida reconoce, por primera vez, que la presencia de armas de fuego es un acto intimidante en el contexto de las elecciones y la votación.

En febrero, California se convirtió en el primer estado de la nación en presentar este tipo de proyectos de ley en su legislatura. Bajo el título de "Ley para Proteger las Elecciones de la Coacción Armada y el Extremismo" (Protecting Elections from Armed Coercion and Extremism Act), o simplemente Ley de Paz, este proyecto está avanzando firmemente en la legislatura y se encuentra encaminado para ser implementado para las elecciones de 2024.

La violencia en las urnas sigue siendo un acontecimiento poco probable, pero las amenazas y la intimidación son bastante reales. Para preservar la seguridad e inviolabilidad de las elecciones, es fundamental que los estados sigan adoptando soluciones a este problema y resuelvan la creciente amenaza de las armas de fuego como instrumentos de supresión del voto.

Traducción de Ana Lis Salotti.