La juventud, movilizada por temas como el cambio climático y la violencia por parte de la policía, ha demostrado su compromiso con nuestra democracia participando en protestas sociales, realizando trabajos voluntarios y yendo a votar en números históricos.
“Parece que cada vez son más los jóvenes que, entre los 18 y los 30 años, participan en la política, se interesan por el mundo de la política y hacen oír su voz política”, escribe la becaria, o fellow, del Brennan Center Elan C. Hope. “En especial, es entre los jóvenes adultos de las comunidades negras y latinas que se ha observado el mayor aumento en la participación e interés políticos”.
De acuerdo con Hope, una de las formas de participación cívica preferidas se da dentro de la familia, aunque estas conversaciones con padres y familiares pueden tornarse a veces incómodas.
Le preguntamos a Tanya Martinez, 21, que cursa su tercer año con especialización en políticas públicas de la Universidad de Chicago y trabaja activamente con organizaciones que atienden a la comunidad inmigrante y los alienta a votar, sobre los temas políticos y sociales de los que habla en su casa, los mensajes que quiere transmitir y las reacciones y sorpresas que se lleva cuando comparte sus opiniones abiertamente con sus seres queridos.
¿De qué temas hablas con tus padres, ambos inmigrantes de Mexico?
Hablamos muchas veces sobre los sindicatos, la inmigración, las desigualdades socioeconómicas y la educación. Yo siempre he hablado de política. La primera vez que lo hice creo que tenía ocho años. Habíamos visto por primera vez lo que era el cambio climático en la escuela; volví corriendo a casa y le hablé a mi papá durante una hora sobre lo mal que le hacía a nuestro medio ambiente su camioneta (pick-up truck.) "Tu camioneta es terrible. Estamos matando al planeta". Le hablé como una hora hasta que lo convencí de sacar una cubeta que teníamos en nuestro garaje y que desde hace 13 o 14 años usamos como cubo de reciclaje. Así empezamos a reciclar. (El padre vendió su camioneta dos años más tarde).
En la secundaria, me involucré bastante en la política. Participaba en protestas mucho, en contra de la administración de Trump por querer separar a las familias y durante el verano de la muerte de George Floyd.
¿Es difícil o fácil tener estas conversaciones?
Durante las protestas sobre la muerte de George Floyd, mi mamá empezó a enojarse conmigo. Me decía que era peligroso. Pero después la convencí. Traté de explicárselo de una forma en la que pudiera entenderlo. Traté de decirle que lo que había pasado era lo mismo que ser inmigrante, tener a muchas autoridades sobre tu espalda y sentir que el estado no te protege aun cuando pagues tus impuestos y trabajes. Trataba de hacerle comparaciones entre esa experiencia de la comunidad inmigrante y lo que pasaba durante las protestas de las Vidas Negras Importan (Black Lives Matter.)
¿Dónde lees las noticias y te informas?
Estudio políticas públicas, así que muchas de mis fuentes de información vienen de las clases que tomo y suelen venir de revistas académicas, revistas de derecho, periódicos y artículos periodísticos, como del Washington Post, el Atlantic y el New York Times.
Mis padres ven casi todas las noticias por Univision. Miran las noticias de las 5:00 todos los días. También escuchan la radio cuando se van a trabajar. Generalmente son las noticias, pero lo que es problemático es que mi papá se informa a través de sus compañeros de trabajo. Vuelve a casa, dice algo y yo le respondo: “Bueno, en realidad eso es incorrecto”. A mi mamá le encanta entrar a Facebook y ve un montón de artículos al azar que comparten sus amigas o amigos o lo que aparece en su muro. La mayoría de esos artículos no es creíble.
Muchas personas y, en particular, las encargadas de diseñar políticas y los investigadores siempre pasan por alto y subestiman el poder que tiene la conversación cotidiana dentro de la comunidad inmigrante. Porque esa es literalmente el único recurso que siempre vamos a tener, sin importante cuánta documentación tengas. Siempre tendrás amigos, familiares o alguien cercano, aun cuando no estén dentro del país, que te van a comentar noticias. Lo más importante para mí es que, cuando convenzo a mi mamá, no solo la convenzo a ella. También estoy convenciendo a muchas de sus amigas que después van a hablar de eso.
¿Algún consejo para transmitir tu mensaje con eficacia sin antagonizar a tu público?
Yo soy la mayor de cuatro hermanas y, de chica, siempre me aseguré de hablar no solo con mis padres sino también con mis hermanas. Les decía: “Miren. Esto está pasando en el mundo y no es bueno por estas razones”. Es casi como una estrategia. Funciona. Ayuda porque hace que los adultos estén más dispuestos a escucharte cuando sus niños a los que adoran y protegen están todos de acuerdo en que lo que los adultos piensan o dicen no está necesariamente bien”.
Tampoco hay que usar un tono degradante cuando hablas con los adultos porque, si bien es verdad que muchas veces los jóvenes sentimos que no nos tienen en cuenta o no nos toman en serio, creo sinceramente que a mis papás les da miedo de que ocurra lo contrario. Mi mamá, que fue ama de casa casi toda mi vida y empezó a trabajar en una cafetería escolar no hace mucho, dejó la escuela en tercer grado, y mi papá, que trabaja en una fábrica de autopartes, la dejó después del quinto grado. Tienen una educación primaria, y yo soy estudiante universitaria en la Universidad de Chicago. Hay un desequilibrio en el conocimiento, al menos en el conocimiento académicos y escolar, que creo que los hace sentir un poco alienados. Así que, cuando quiero hablarles, intento empezar con “Miren, no es que quiera descalificar sus opiniones o perspectivas. Creo que son puntos muy válidos, pero ¿por qué no lo piensan de esta otra manera?”
Además, no creo que sea eficiente ni eficaz combinar a tus padres en una misma conversación. Si les hablas por separado primero, puedes medir qué piensa todo el mundo, qué tipo de valores tienen y qué piensan inicialmente cuando les haces alguna pregunta. Después, puedes empezar a llevar el tema a la mesa de la cena y tener una conversación más enriquecedora.
¿Qué aprendiste de tus conversaciones con tu familia?
Lo primero que me enseñaron mis padres fue tener empatía y lo importante que es poder contar con tus redes de contención informales. Por eso, es importante no verlos como rivales. Debes verlos como aliados. Mis padres siempre me sorprenden cuando me demuestran que son flexibles y que están dispuestos a escucharme.
¿Cuando se habla de política, ¿cuál te parece el mejor lugar y momento para hacerlo?
En cualquier momento excepto con mi familia extendida durante alguna de las fiestas más importantes. ¡Las cenas del Día de Acción de Gracias han sido algunas de las peores de mi vida!
Traducción de Ana Lis Salotti.