Los rumores sobre las elecciones de 2024
Realidad: Las autoridades electorales utilizan numerosos controles para garantizar la seguridad del voto por correo.
La votación por correo es una práctica que se usa desde hace tiempo en los Estados Unidos. La misma surgió como una forma de permitir que los soldados pudieran votar durante la Guerra Civil. Hoy en día, 28 estados permiten a todo su electorado votar por correo, y todos los estados se lo permiten, al menos, a una cierta parte de su electorado.
Todos los estados tienen un sistema comprobado y de múltiples controles para garantizar la seguridad del voto por correo, aunque las prácticas varían según el estado.
La verificación de firmas es una de una serie de controles que garantizan la seguridad del voto por correo. En los 31 estados que utilizan una comparación de firmas para verificar las boletas de voto por correo (todos los estados requieren que la persona votante firme el sobre de la boleta, y algunos piden más información para verificar la identidad de sus votantes), el personal electoral está capacitado para analizar y comparar firmas en múltiples registros.
Algunas autoridades electorales reciben la capacitación que utilizan las agencias policiales para detectar falsificaciones. Si el personal electoral no puede comprobar con seguridad que las firmas coinciden, muchos estados exigen que esas boletas se envíen a un equipo bipartidario para una segunda evaluación. Por último, 30 estados les exigen a sus autoridades electorales que se comuniquen con todo votante cuya firma no aparezca en su boleta de voto por correo o si esta no coincide con los registros. Cuando se sospecha un caso de fraude, el caso se deriva a la policía para que lo investigue y, si fuera necesario, presente cargos.
Existen muchas otras medidas de seguridad que impiden que una persona presente una boleta en nombre de otra o vote más de una vez. Cuarenta y dos estados requieren que cada votante solicite su boleta de voto por correo. Estas solicitudes pasan por un proceso de verificación, en el que el personal electoral compara la solicitud de cada votante con sus datos de registro de votante para asegurarse de que cada boleta se envíe a la persona correspondiente y que se envíe una sola boleta por votante.
Los ocho estados restantes envían boletas de voto por correo a cada votante elegible para cada elección, y realizan envíos postales frecuentes para ayudar a mantener los datos de registro de votantes actualizados, de modo que las boletas se envíen a la dirección actualizada de cada persona votante elegible.
Una vez que las autoridades electorales saben qué votantes deben recibir una boleta de voto por correo, el personal electoral prepara un envío postal individualizado para cada solicitante elegible, que incluye la boleta correspondiente, el sobre de devolución para la boleta de voto en ausencia y un sobre exterior dirigido a cada persona votante. Los sobres generalmente están marcados con un número de serie o un código de barras único para asegurarse de se devuelva una sola boleta válida por votante.
Casi todos los estados ofrecen el seguimiento de las boletas para beneficio de las autoridades electorales y del electorado, lo cual reduce las oportunidades de que las boletas se extravíen mientras van desde la oficina electoral a cada votante.
En conjunto, estas medidas de seguridad brindan un marco de seguridad de múltiples controles. Cualquiera que, aun así, intente evadirlas se arriesga a recibir sanciones penales severas: hasta 5 años de prisión y una multa de hasta $10,000 por cada acto de fraude según la ley federal, además de cualquier otra sanción estatal.
Los delitos en torno a la votación por correo son excepcionalmente raros. Y cuando ocurren, estos controles de seguridad les permiten a las autoridades electorales asegurarse de que no se cuente ninguna boleta ilegítima y le permiten a la policía responsabilizar a los actores mal intencionados por su delito.
Los estados utilizan muchos otros controles para garantizar la seguridad del proceso y evitar un fraude generalizado, aparte de los que protegen contra cualquier intento de suplantación de identidad de votantes. Aquí se puede leer más sobre estas medidas.
Rumor: El voto por correo es vulnerable al fraude a gran escala y a la manipulación, por ejemplo, cuando alguien emite una boleta en nombre de otra.
Si bien la votación por correo no es una práctica nueva, su mayor uso durante los últimos años ha generado la propagación de falsedades que afirman que esta práctica es vulnerable al fraude generalizado y a la manipulación.
Los rumores que han circulado en las redes incluyen alegaciones de que cualquier actor con malas intenciones puede enviar boletas fraudulentas en nombre de otros votantes sin que lo descubran.
Trabajamos con Swayable, una plataforma de software de investigación que mide con qué efectividad los contenidos de medios de comunicación y redes sociales cambian las opiniones del público, para determinar qué mensajes ayudaron al electorado a comprender mejor la realidad.
Según nuestro análisis, los mensajes sugeridos para contrarrestar rumores fueron:
- Las autoridades electorales implementan un sistema de controles para verificar las firmas de las boletas. Por ejemplo, emplean equipos de dos personas —una republicana y otra demócrata— que evalúan las firmas.
- Las autoridades electorales implementan un sistema de controles para verificar las firmas de las boletas, y tienen capacitaciones y salvaguardas durante todo el proceso para detectar cualquier intento de fraude.
Estos mensajes fueron, según nuestro análisis, los más eficaces a la hora de transmitir los hechos, aunque existen diferencias según la región y el grupo demográfico. Puede consultar el panel de Swayable para evaluar los resultados en más detalle sobre el primer mensaje y otros mensajes analizados.
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Traducción de Ana Lis Salotti.