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Análisis

Cómo responder a la propagación de desinformación en español

La respuesta debe ser sensible a las distintas perspectivas culturales y requiere una mayor inversión de recursos.

Diciembre 11, 2024
Mujer revisando su celular
Guido Mieth/Getty

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Esta columna se publicó originalmente en La Opinión

  • La información errónea suele aprovecharse de sus experiencias sociopolíticas particulares. Y, por lo general, las compañías de redes sociales no moderan lo suficiente las falsedades sobre las elecciones que se publican en español.
  • Las plataformas de redes sociales también deben invertir más recursos para erradicar la información errónea, pues nunca contratan a suficiente personal con buen dominio del español.
  • Las plataformas de mensajería encriptada como WhatsApp también podrían comenzar por utilizar cuentas oficiales para compartir recursos explicativos simples con administradores de grupos grandes a fin de ayudarles a detectar información errónea y proteger a sus comunidades.

    Según una encuesta realizada a principios de este año por el Instituto Democracia Digital de las Américas, el 40 por ciento de las personas latinas en los Estados Unidos dice creer que los demócratas efectúan fraude electoral. El 34 por ciento cree en la mentira del robo de las elecciones de 2020, y el 41 por ciento aceptó la falsedad de que “los demócratas alientan a votar a inmigrantes indocumentados”.

Las elecciones de 2024 ya concluyeron, pero todavía ofrecen lecciones sobre la divulgación descontrolada de información errónea y las teorías conspirativas que han ganado impulso entre los latinos.

Las comunidades de habla hispana en los Estados Unidos enfrentan riesgos específicos. La información errónea suele aprovecharse de sus experiencias sociopolíticas particulares. Y, por lo general, las compañías de redes sociales no moderan lo suficiente las falsedades sobre las elecciones que se publican en español.

Y aunque este tipo de información errónea está dirigida en contra de determinados candidatos, su mayor amenaza consiste en que debilita la confianza en la democracia en general.

La información errónea que se propaga en español suele reflejar particularidades culturales y está dirigida a determinadas comunidades — tal como la falsedad propagada por la campaña de Donald Trump en 2020 de que el partido político de Nicolás Maduro, el líder autoritario de Venezuela, apoyaba a Joe Biden.

Sin embargo, el impacto más profundo y duradero está relacionado a la forma en que la desinformación puede sembrar desconfianza en los procesos democráticos y las autoridades electorales —como las alegaciones falsas de un voto no ciudadano generalizado y un fraude electoral a gran escala en Arizona y Nevada.

Otro desafío es el mayor uso de aplicaciones de mensajería encriptada como WhatsApp, la cual es muy popular entre las personas adultas hispanas para informarse y conectarse socialmente. Por lo general, estas plataformas cuentan con personas administradoras de grupos no capacitadas para moderar y eliminar cualquier contenido falso o perjudicial que se comparta en conversaciones privadas.

La carga principal a la hora de responder a la información errónea sobre los procesos electorales tiende a recaer sobre las oficinas electorales locales, pero muchas no tienen personal que hable español con fluidez. Una forma de resolver esta falta es aliarse o coordinar su trabajo con los medios de comunicación locales, tal como la Radio Campesina de Arizona, que llevan a cabo actividades de educación al votante.

Los medios de comunicación en inglés han empezado a usar formas creativas de llegar a las comunidades, como el noticiero ¿Qué Hay De Nuevo? de la Radio Pública de New Hampshire, que se asocia con la organización de verificación de datos Factchequeado para detectar y disipar falsedades.

Las plataformas de redes sociales también deben invertir más recursos para erradicar la información errónea, pues nunca contratan a suficiente personal con buen dominio del español. Meta, propietaria de Facebook e Instagram, y otras compañías deberían contratar a más hispanohablantes para moderar contenidos específicos, destinar más recursos para capacitar a moderadores sobre las distintas particularidades de las comunidades latinas, y tomar medidas para crear y mejorar bases de datos de información errónea específica a las distintas regiones.

Y las plataformas de mensajería encriptada como WhatsApp también podrían comenzar por utilizar cuentas oficiales para compartir recursos explicativos simples con administradores de grupos grandes a fin de ayudarles a detectar información errónea y proteger a sus comunidades.

Los hispanohablantes sigan afianzándose como un bloque electoral. Es esencial combatir con eficacia la información errónea dirigida a determinadas comunidades.