Al recortar fondos, asistencia y esfuerzos de coordinación que son esenciales para numerosas agencias, la administración está haciéndoles más difícil a los estados proteger sus sistemas electorales de posibles amenazas.
Varios funcionarios de la segunda administración Trump, como el vicepresidente J.D, Vance, han sugerido que desafiar a tribunales es una posible opción