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Explicamos Citizens United

La decisión de la Corte Suprema de 2010 les dio todavía más influencia política a los donantes adinerados y a las grandes corporaciones.

Última Actualización: enero 29, 2025
Publicado: diciembre 12, 2019
Citizens United Supreme Court
BCJ/Getty/Phil Roeder

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La decisión de la Corte Suprema de 2010 les dio todavía más influencia política a los donantes adinerados y a las grandes corporaciones.

  • La causa Citizens United les permitió a los grandes donantespolíticos aprovecharse de la creciente falta de transparencia en la financiación política.
  • Estas donaciones anónimas pasaron de ser de menos de $5 millones en 2006 a más de $1 mil millones solo en las elecciones presidenciales de 2024.
  • Al menos 22 estados y cientos de ciudades ya han votado a favor de una enmienda constitucional para anularla.

La resolución de la Corte Suprema en el caso Citizens United v. Federal Election Commission de 2010 es una decisión controversial que canceló las restricciones que desde hacía un siglo se imponían sobre la financiación de campañas políticas y permitió que las grandes corporaciones y otros grupos externos puedan gastar sumas ilimitadas de dinero en las elecciones.

Si bien los donantes adinerados, las grandes corporaciones y los grupos de intereses especiales vienen gastando dinero en las campañas electorales desde hace mucho tiempo, su rol ha crecido a niveles astronómicos como consecuencia de Citizens United y las resoluciones posteriores, y ha dado como resultado una fusión entre la fortuna privada y el poder político que no se había visto desde fines del siglo diecinueve.

¿Qué es Citizens United?

Citizens United es una causa judicial que surgió en 2007 cuando un grupo conservador sin fines de lucro presentó una disputa contra las reglas de financiación de campañas políticas que le prohibían promover y transmitir al aire una película que criticaba a la entonces candidata presidencial Hillary Clinton.

La Corte Suprema terminó dictando, con una votación de 5 votos a favor y 4 en contra, que Citizens United tenía el derecho, concedido por la Primera Enmienda, de gastar dinero para la difusión de la película. Pero, en lugar de emitir su opinión solamente sobre el caso que le ocupaba, como se le había pedido, la Corte aprovechó la oportunidad para anular por completo las prohibiciones que desde hacía un siglo se imponían sobre el gasto corporativo “independiente”, es decir, los fondos que no van directamente a un candidato o un partido político determinado. Esto se aplicaba también a los sindicatos. Los tribunales inferiores, cuando aplicaron este dictamen, lo ampliaron a fin de invalidar casi todas las restricciones en el gasto y la recaudación de fondos por parte de grupos que dicen ser independientes de los candidatos, muchos de los cuales se conocen hoy en día como supercomités de acción política, o “súper-PAC”.

¿Cuáles fueron los fundamentos de la decisión de la Corte?

El magistrado Anthony Kennedy escribió en nombre de la estrecha mayoría que imponer límites sobre el gasto independiente de las corporaciones y otros grupos externos era como restringir su libertad de expresión y, por lo tanto, violaba la Primera Enmienda. Este dictamen reforzó la decisión de un caso de 1976, Buckley v. Valeo, que fue el primer caso en decir que los gastos de campaña, o el dinero que se gasta para influenciar al electorado, era un tipo de “expresión” y que la única justificación permisible para la mayoría de los límites impuestos sobre este dinero en la política era para evitar el soborno abierto, o como lo llamó la Corte en su dictamen “la corrupción quid pro quo”.

Los magistrados que decidieron el caso Citizens United sostuvieron que el gasto independiente no podía plantear un riesgo de corrupción considerable, porque partieron de la suposición equivocada de que el dinero no estaría bajo el control de ningún candidato o partido político puntual. También supusieron que las reglas de transparencia existentes exigirían la total transparencia de todos los nuevos gastos que estaban permitiendo y, así, le permitirían al electorado evaluar adecuadamente los mensajes que recibía.

Según se demostró, las dos suposiciones fueron incorrectas. Si bien se supone que los súper-PAC y otros donantes externos son entidades independientes de los candidatos y partidos políticos, por lo general trabajan en colaboración con ellos, tanto es así que los súper-PAC afiliados que pueden recaudar sumas ilimitadas de dinero ahora son parte esencial de la mayoría de las principales campañas. La existencia de estos vacíos legales también implica que muchos de estos grupos pueden mantener en secreto sus fuentes de financiación.

¿Cómo la causa Citizens United ha cambiado las elecciones en los Estados Unidos?

Este dictamen marcó el comienzo de una ola masiva de financiación política por parte de grupos externos y, así, se dio un crecimiento astronómico de la influencia política ya importante que tienen los donantes ultrarricos, las grandes corporaciones y los grupos de intereses especiales.

De inmediato, tras la decisión de Citizens United, muchos analistas centraron su atención en la forma en que la Corte Suprema consideraba el gasto corporativo en las elecciones como un tema de libertad de expresión. Pero quizá las consecuencias más significativas de Citizens United han sido la creación de los súper-PAC, que empoderan a los donantes más ricos, y el crecimiento de las donaciones anónimas a través de organizaciones sin fines de lucro misteriosas que no revelan quiénes son sus donantes.

Estas tendencias alcanzaron una nueva magnitud en las elecciones de 2024. Los súper-PAC respaldados por multimillonarios ayudaron al candidato presidencial ganador a cerrar una importante diferencia de recaudación de fondos. Estos grupos también hicieron mucho más que tan solo lanzar anuncios de apoyo. Un grupo financiado por Elon Musk, la persona más rica del mundo, se encargó de varios componentes fundamentales de la campaña del candidato ganador, como las operaciones de contacto con el electorado. Además, las donaciones anónimas de grupos que no revelan a sus donantes alcanzaron los $1 mil millones, de los cuales al menos $182 millones provinieron de grupos estrechamente vinculados con las campañas para los puestos de liderazgo en el Congreso de los dos partidos principales.

¿Qué son los PAC y los súper-PAC?

Los comités de acción política, conocidos como PAC, son organizaciones que recaudan y gastan dinero para las campañas políticas, o cuyo principal propósito es apoyar u oponerse a determinados candidatos políticos o iniciativas colocadas en las boletas. A los PAC tradicionales se les permite donar directamente a la campaña oficial de un candidato, pero también están sujetos a determinados límites de contribución, en términos de cuánto pueden recibir de sus donantes y cuánto pueden darle a un candidato. Por ejemplo, los PAC solo pueden contribuir hasta $5,000 por año a cada candidato, por elección.

Sin embargo, en la causa Speechnow.org v. FEC de 2010, un tribunal federal de apelaciones dictaminó que —siguiendo la lógica de Citizens United— los grupos externos podían aceptar contribuciones ilimitadas por parte de donantes individuales o corporaciones, siempre y cuando estos grupos no le donen directamente al candidato. Estos grupos externos, conocidos como “súper-PAC”, aún pueden gastar dinero en anuncios producidos independientemente y otras comunicaciones que promuevan o ataquen a un candidato determinado.

Dicho de otro modo, los súper-PAC no están sujetos a los límites de contribución, sobre lo que pueden recaudar o donar. Por otro lado, los súper-PAC están obligados a declarar quiénes son sus donantes, pero esos donantes pueden ser grupos de donantes anónimos, con lo cual no se conocen las fuentes originales del dinero donado. Además, si bien a los súper-PAC técnicamente se les prohíbe trabajar directamente con los candidatos, las reglas débiles que se supone que garantizan esa separación, a menudo, terminan siendo ineficaces.

Los fondos de los súper-PAC, que, en su gran mayoría, provienen de un pequeño grupo de los donantes más ricos, comenzaron a influenciar nuestras elecciones casi inmediatamente después del fallo de Citizens United. Entre 2010 y 2022, los súper-PAC gastaron unos $6.4 mil millones en las elecciones federales. En las elecciones de 2024, llegaron a la cifra récord de al menos $2.7 mil millones. Los fondos de los súper-PAC han superado en gran medida a las contribuciones de pequeños donantes (personas que donan $200 o menos), a pesar de que estas pequeñas donaciones han estado creciendo.

Por ejemplo, en las elecciones legislativas de medio término de 2022, tan solo 21 de las familias de donantes más grandes contribuyeron $783 millones, y los donantes multimillonarios aportaron el 15 por ciento de todos los fondos en las elecciones federales, cuya mayoría se destinó a súper-PAC que apoyaban las contiendas por el Congreso. Durante ese ciclo, estos donantes superaron fácilmente el total donado por los millones de pequeños donantes que brindaron su apoyo a candidatos para la Cámara de Representantes y el Senado.

¿Qué son las donaciones anónimas?

Las donaciones anónimas son una fuente de financiación electoral cuya fuente es desconocida, secreta. El dictamen de Citizens United se tradujo en un aumento importantísimo en este tipo de financiación, que muchas veces proviene de organizaciones sin fines de lucro que no tienen que revelar quiénes son sus donantes. Incluso antes de Citizens United, la transparencia en la financiación de elecciones ya había comenzado a erosionarse gracias a un vacío legal en las reglas de divulgación, creado por el dictamen de la Corte Suprema en la causa FEC v. Wisconsin Right to Life de 2007, exacerbado por la inacción del IRS y la Comisión Federal de Elecciones (FEC).

La causa Citizens United les permitió a los grandes donantes políticos aprovecharse de la creciente falta de transparencia en la financiación política. De este modo, se produjo un crecimiento astronómico del gasto anónimo en las elecciones federales por parte de grupos externos. Estas donaciones anónimas pasaron de ser de menos de $5 millones en 2006 a más de $1 mil millones solo en las elecciones presidenciales de 2024.

Dado que los grupos de donaciones anónimas solo tienen que divulgar su gasto en ciertas actividades, como los gastos independientes y las comunicaciones de campañas electorales, gran parte de sus gastos es cada vez más difícil de rastrear. Cabe señalar que estos grupos no tienen la obligación de divulgar las donaciones realizadas a los súper-PAC —que es donde se destina ahora la mayoría de sus fondos— ni su financiación de muchos tipos de anuncios de campaña, como la mayoría de los anuncios por internet.

Por último, debido a que los grupos de donaciones anónimas pueden ocultar la identidad de sus donantes, también ofrecen un medio para que otros países extranjeros puedan encubrir sus actividades a espaldas del electorado y de las autoridades policiales y judiciales estadounidenses. Esta posibilidad aumenta la vulnerabilidad de nuestras elecciones ante una posible interferencia internacional.

¿Cómo se pueden resolver y reformar las consecuencias de Citizens United?

A la larga, el caso Citizens United tendría que ser anulado mediante una enmienda constitucional o un dictamen de la Corte Suprema. Mientras tanto, hay soluciones políticas que pueden combatir el dominio de las grandes donaciones en la política y la falta de transparencia.

Como mínimo, es fundamental garantizar la divulgación de todos los grandes donantes en las campañas electorales. Fuertes leyes de divulgación, como la promulgada en Washington, exigen que los grupos que gastan importantes sumas de dinero en actividades electorales deban informar la identidad de sus donantes más importantes.

Por otro lado, quienes formulan leyes y aplican reglamentos también deberían aprobar reglas más estrictas para evitar que los súper-PAC y otros grupos externos que pueden recaudar sumas ilimitadas de dinero coordinen sus actividades directamente con los candidatos y los partidos políticos. También hay que asegurarse de hacer cumplir las leyes existentes en su totalidad, algo que ha sido un reto constante a nivel federal gracias a la disfunción de la Comisión Federal de Elecciones.

Asimismo, se puede ofrecer a los candidatos medios alternativos de financiación de campañas sin tener que depender de los grandes donantes y los súper-PAC. La forma más efectiva de hacerlo es mediante la financiación pública de campañas, específicamente el sistema de multiplicación de pequeñas donaciones, donde las pequeñas contribuciones privadas se multiplican con fondos públicos. Catorce estados y docenas de condados y grandes ciudades ya han promulgado alguna modalidad de financiación pública, mientras que otras localidades lo están considerando activamente.

Hace poco, un sistema similar entró en vigencia en el estado de Nueva York, donde muchísimos candidatos lo han adoptado y les ha permitido recaudar muchísimo más en pequeñas donaciones de su propio electorado.

Cabe subrayar que la vasta mayoría de estadounidenses de distintas afiliaciones políticas ha expresado su desacuerdo ininterrumpidamente con la decisión de Citizens United.

Al menos 22 estados y cientos de ciudades ya han votado a favor de una enmienda constitucional para anularla. Y las encuestas nacionales siempredemuestran que reducir la influencia del dinero en la política es una de las mayores prioridades para el pueblo estadounidense, un hallazgo que se repite a lo largo de los distintos grupos demográficos, ya sean de raza, edad o afiliación política.

Citizens United fue un golpe contra la democracia, pero no tiene que ser la última palabra. La clase política puede oír la voz de la enorme mayoría del público, aun cuando a los grandes donantes no les guste.

Traducción de Ana Lis Salotti.