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Análisis

La respuesta de Nueva York a las campañas electorales financiadas por multimillonarios

El innovador programa de financiación pública del estado permite que los candidatos puedan recaudar sumas importantes de dinero de pequeños donantes de sus propios distritos, en lugar de megadonantes. Está funcionando.

Model Statute of Liberty foreground, cash in background
Alina Prokudina/Getty

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  • El programa transformó significativamente la forma en que los candidatos recaudaron fondos para las elecciones legislativas de 2024, porque los hizo depender mucho más de las donaciones de los pequeños donantes de sus propios distritos.
  • El programa multiplica las donaciones de menos de $250.
  • La multiplicación de donaciones con fondos públicos se hace de manera escalonada, o sea que el programa recompensa más a las donaciones más pequeñas. Por ejemplo, las contribuciones de menos de $50 se multiplican proporcionalmente 12 a 1.

Cuando se habla de la política presidencial, es un mundo de multimillonarios. La campaña electoral del presidente Donald Trump fue impulsada por unos pocos megadonantes. La caída de Estados Unidos hacia la oligarquía puede parecer inevitable: Elon Musk está ahora capitalizando sus $288 millones donados al asumir un cargo prominente en la nueva administración. Pero las elecciones de 2024 en Nueva York demostraron que otro camino es posible.

El estado implementó un nuevo e innovador programa de financiación pública de campañas electorales que empoderó a la gente común y corriente y recompensó a los candidatos y las candidatas que buscaron ganarse el apoyo de sus propias comunidades, en lugar de ganárselo de adinerados grupos de intereses especiales.

Esta reforma es necesaria en todo el país, y el éxito de Nueva York demuestra por qué. Desde la decisión de la Corte Suprema en el caso Citizens United de 2010, la influencia de la riqueza en nuestras elecciones se ha vuelto más alarmante que nunca, ya que los mayores donantes son los que dominan cada vez más la financiación de las campañas.

En la contienda de 2024 por la Casa Blanca, los donantes que contribuyeron al menos $5 millones donaron más del doble que lo que donaron en las elecciones anteriores. En las elecciones de 2022 en Nueva York, los 200 donantes individuales que más donaron a candidatos contribuyeron $15.9 millones, mucho más que los aproximadamente 206,000 pequeños donantes. El electorado, frustrado con el rol que desempeña la riqueza en nuestra política, teme que la clase política esté priorizando a los donantes adinerados por sobre las comunidades a las que deberían representar.

El programa de financiación pública de Nueva York, la primera de estas políticas promulgada a nivel estatal desde la causa Citizens United, se opone al statu quo y garantiza que muchos más votantes puedan tener voz a la hora de influir en las elecciones estatales, sin importar su patrimonio.

El programa multiplica las donaciones de menos de $250 provenientes del electorado. En elecciones legislativas, eso significa las donaciones provenientes solamente de las personas que residen en el distrito del candidato. Su sistema de multiplicación escalonada recompensa más a las donaciones más pequeñas, es decir que las contribuciones de menos de $50 se multiplican proporcionalmente 12 a 1.

Estas características están diseñadas para beneficiar a los candidatos por concentrarse en su propio electorado cuando están recaudando fondos y para alentar al neoyorquino promedio a participar y donar. Todo indica que eso es lo que pasó en esta primera implementación histórica del programa.

El programa transformó significativamente la forma en que los candidatos recaudaron fondos para las elecciones legislativas de 2024, porque los hizo depender mucho más de las donaciones de los pequeños donantes de sus propios distritos. Estas donaciones saltaron de menos del 5 por ciento de toda la financiación, registrado en los ciclos anteriores, al 45 por ciento observado en 2024 cuando se sumaron los fondos públicos multiplicados. Mientras tanto, el porcentaje de los fondos donados a candidatos por personas adineradas y entidades como corporaciones y comités de acción política (PAC, por sus siglas en inglés) bajó del 70 por ciento o más en elecciones anteriores al 38 por ciento en 2024.

Los pequeños donantes que residen en el mismo distrito que el candidato al que apoyan no solo aumentaron su influencia en general, sino que sus números también crecieron. Aproximadamente 50,800 neoyorquinos realizaron pequeñas donaciones en sus propios distritos, lo cual representa más o menos el doble de 2020 o 2022.

Los candidatos anunciaban la multiplicación de las donaciones con fondos públicos en sus discursos de recaudación para conseguir nuevos donantes en sus comunidades. Estos cambios demuestran que el programa ya está cumpliendo con el objetivo de aumentar la interacción entre los candidatos y el electorado que buscan representar, en vez de hacerlo con unos pocos donantes adinerados.

El programa también desafió a quienes se mostraron escépticos y cuestionaron la eficacia de la financiación pública para contraponerse al gasto ilimitado proveniente de los súper-PAC que buscan influenciar los resultados de las elecciones. Los datos de este ciclo demostraron que la financiación pública fue una herramienta poderosa a la hora de contrarrestar a las grandes donaciones. Incluso en las contiendas que recibieron las mayores sumas de fondos externos, los candidatos financiados con dinero público pudieron captar la atención y convencer al electorado y, en muchos casos, ganaron.

No es casualidad que tantas campañas hayan adoptado el programa. Participó la mayor parte de las campañas electorales, entre ellas, grandes mayorías tanto de demócratas como republicanos, y tanto candidatos que buscaban su reelección como opositores.

Estas campañas reflejaron toda la diversidad del estado: los candidatos en la mayoría de los distritos legislativos del estado —rurales, urbanos y suburbanos por igual— participaron en el programa de financiación pública. Y hasta aquellos candidatos en comunidades de bajos ingresos, cuyo electorado no puede donar sumas importantes, lograron la participación de donantes de sus distritos y pudieron financiar campañas competitivas.

A medida que el estado se encamina hacia el próximo ciclo electoral, los candidatos ya se están registrando para participar en el programa. Entre ellos, se encuentran candidatos que ya participaron el año pasado, así como candidatos que se están postulando en las primeras elecciones estatales que se llevarán a cabo con este sistema en 2026. Esperamos que los beneficios del programa continúen creciendo, a medida que más candidatos y donantes respondan a sus incentivos.

Con el estreno de este programa, Nueva York se ha convertido en un líder nacional a la hora de abordar el rol distorsionador que desempeña la riqueza privada en la política. Para asegurarse de que se siga brindando una alternativa viable a las grandes donaciones en las elecciones estatales, la gobernadora demócrata Kathy Hochul y la legislatura deben continuar invirtiendo en el programa. Ello implica comprometerse a financiarlo en su totalidad en el próximo presupuesto estatal.

En un momento en el que la atención del público está tan concentrada en un hombre multimillonario cuyo camino al poder en el gobierno federal estuvo cimentado por una cantidad astronómica de dinero, es particularmente importante que la financiación de campañas electorales centradas en el electorado haya tenido éxito en Nueva York.

La causa Citizens United y otros casos debilitaron un sistema que había prohibido donaciones como las de Musk y otros megadonantes. Pero, a pesar de los errores de la justicia, sí podemos hacer algo contra las grandes donaciones en la política. El programa de Nueva York ofrece una alternativa poderosa que puede ayudar a que los estadounidenses promedio podamos reclamar nuestra democracia y asegurarnos de que nuestros funcionarios electos de verdad rindan cuentas al pueblo que deberían representar.

Traducción de Ana Lis Salotti.