- Trump lanzó una campaña de mentira: la maniobra de Trump falló en 2020, pero dio pie a una campaña “permanente” de supresión de votantes y cuestionamiento electoral que continúa hoy en día.
- Cuando la jueza Tanya S. Chutkan inicie el juicio en el tribunal, Donald Trump no será el único enjuiciado. La Gran Mentira misma estará en el banquillo.
Richard L. Hasen, profesor de Derecho de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA), afirma que el juicio de Estados Unidos contra Trump es el caso penal más importante de la historia estadounidense. Pienso que tiene razón. Donald Trump es la persona de mayor relevancia que alguna vez fue acusada de intentar socavar la democracia estadounidense.
La acusación pinta una imagen irrefutable. Trump lanzó una campaña de mentiras. Que decenas de miles de fallecidos votaron en Georgia. Que los votos de personas sin ciudadanía giraron la elección contra él en Arizona. Que hubo más votos que personas en Pensilvania. Que algunos votos se contaron dos veces en Nevada. Que se eliminaron boletas de votación legítimas en Michigan. Mentiras y más mentiras sobre todos los estados sin mayoría partidaria clara.
Los abogados de Trump afirman, entre otras cosas, que este estaba convencido de esas falsedades, entonces no violó la ley. Pero casi todas las personas a las que consultó antes de las elecciones le dijeron que esas afirmaciones eran falsas.
Su fiscal general. Sus partidarios más leales en las legislaturas estatales. El director de inteligencia nacional. El vicepresidente de los Estados Unidos. Trump contrató a un grupo nuevo de abogados, al que algunos llamaron “el equipo loco”, porque los asesores anteriores rechazaron unánimemente sus mentiras.
En todo caso, esa defensa no lo va a llevar lejos. Una persona puede estar convencida de que el dinero en el banco es suyo, pero eso no le da derecho a robar el banco.
Según los cargos de la acusación, Trump organizó listas fraudulentas de electores en siete estados. Su equipo incluso les mintió a algunos: les aseguraron que solo desempeñarían el cargo si Trump ganaba los juicios. Luego este usó a los electores falsos para tratar de convencer a su vicepresidente de que revirtiera su derrota electoral.
Todos sabemos lo que pasó después. Pero las leyes estadounidenses no requieren que una conspiración triunfe para que sea un delito.
Los expertos del Brennan Center ofrecieron importantes comentarios y análisis, y tendremos más que decir a medida que el caso evolucione.
Mi colega Ian Vandewalker alegó que la acusación representa otro rechazo al negacionismo electoral, tras las derrotas judiciales de Trump y el repudio de la teoría de conspiración en las elecciones de medio periodo en 2022. Elizabeth Howard propuso que este juicio es una importante señal de apoyo a los funcionarios electorales. Muchos recibieron amenazas contra ellos y sus familiares, y estos cargos reivindican su honestidad y dedicación.
Sean Morales-Doyle y Gabriella Sánchez explicaron una ley conocida como la sección 241, que se remonta a la era de la Reconstrucción. Inicialmente fue parte de las leyes contra el Ku Klux Klan, y su fin era proteger a los votantes negros del grupo de terrorismo doméstico.
Recientemente, esta ley se usó para enjuiciar a los que emitieron votos falsos o intentaron sobornar a los votantes. Es apropiada en el caso contra Trump, porque sus actos efectivamente podrían haber interferido con el derecho al voto de millones.
Lauren Miller y Wendy Weiser señalan algo que tiene mucho que ver con esta temporada electoral: la maniobra de Trump falló en 2020, pero dio pie a una campaña “permanente” de supresión de votantes y cuestionamiento electoral que continúa hoy en día.
Las legislaturas estatales han aprobado leyes que restringen el derecho al voto y dan paso a interferencia partidaria en las elecciones. Estas leyes se inspiran en muchas de las mismas lunáticas falsedades de Donald Trump, como su teoría de una conspiración para socavar nuestra democracia. Al fondo de todo esto está la Gran Mentira.
Cuando la jueza Tanya S. Chutkan inicie el juicio en el tribunal, Donald Trump no será el único enjuiciado. La Gran Mentira misma estará en el banquillo. Fuera de la burbuja de las redes sociales o los enredados argumentos de los comentaristas en los medios, vamos a ser testigos de que el movimiento de negacionismo electoral no tolera el más mínimo escrutinio.
Será un gran momento para la democracia.
Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services