Esta columna se publicó originalmente en La Opinión
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En 2013, 50 años después de la Marcha en Washington, John Lewis habló desde los escalones del Lincoln Memorial de una “renovada lucha por el derecho al voto”. Una década más tarde, se han promulgado casi 100 leyes que dificultan la votación en 29 estados y la brecha racial en la participación de los votantes —la diferencia en el nivel de votación entre las personas blancas y no blancas—es la más alta de los tiempos modernos.
La brecha en la votación latina fue la mayor. En 2022 la participación de los latinos en las elecciones fue 22 puntos porcentuales menor que la de los votantes blancos.
Si bien en 2022 también fue alta la brecha de votantes negros, de 16 puntos porcentuales, y los votantes de origen asiático, de 15 puntos, se perdió una cantidad enorme de posibles votos latinos. Si la tasa de participación de estos votantes hubiese sido equivalente a la de los blancos en 2022, los latinos habrían emitido 6.6 millones de votos adicionales.
En un nuevo informe del Brennan Center, analizamos los votos emitidos en las elecciones generales a nivel federal desde 2008. Durante todo ese periodo, la participación de votantes que no son blancos ha sido considerablemente más baja que la de las personas blancas.
Es particularmente preocupante que sea tan alto el déficit de participación en las elecciones del grupo más numeroso minoritario del país. Los legisladores y defensores del derecho al voto deben colaborar para reducir la disparidad y hacer que haya mayor acceso a la votación.
Notamos que la brecha aumentó continuamente en la era posterior al mandato del expresidente Barack Obama, a pesar del nivel récord de participación general en las elecciones. Si bien el déficit de participación de los latinos en elecciones presidenciales se ha mantenido al mismo nivel, en las elecciones de mitad de periodo ahora es mucho mayor de lo que ha sido históricamente. De hecho, en 2022 fue más de un tercio más alto que en 2010.
La brecha en la participación de votantes ha tenido un gran impacto en los comicios estatales. La tasa de participación electoral a nivel estatal bajó más debido a la brecha de participación en los estados donde los latinos constituyen el mayor grupo que no es blanco.
Por ejemplo, en las elecciones de 2022, los latinos eran el mayor grupo no blanco en cada uno de los seis estados, como Florida, Nuevo México y Texas, donde la brecha afectó más la participación en las elecciones. Independientemente de cómo se analicen los datos, el impacto de la brecha racial en la participación electoral que los latinos enfrentan es uno de los mayores.
Un factor que impulsa el aumento en la brecha de participación en las elecciones fue el dictamen de la Corte Suprema en Shelby County v. Holder, que debilitó mucho la Ley del Derecho al Voto de 1965 y dio paso a numerosas leyes estatales que restringen el acceso al voto. La decisión de mínima mayoría en 2013 anuló la sección 5 de la monumental ley de derechos civiles, que exigía aprobación federal antes de instituir nuevas prácticas electorales en las jurisdicciones con una historia de leyes electorales que discriminaban contra las minorías raciales.
Desde entonces, los legisladores en estados amparados anteriormente por la sección 5 han promulgado casi 30 leyes que dificultan la votación. Descubrimos que la brecha en la participación electoral por votantes blancos y no blancos se ha incrementado mucho más rápido en los condados antes amparados por la sección 5 que en otras partes.
Es importante señalar que Shelby County no explica todo el aumento a nivel nacional en la brecha de participación electoral, pues esta también ha aumentado considerablemente en las regiones que no estaban sujetas a la sección 5.
Pero estados como Texas y Arizona, que estaban amparados por la sección 5, han promulgado leyes restrictivas tras el dictamen, y estudios pasados han demostrado que las leyes electorales restrictivas tienen el efecto de privar del derecho al voto a los latinos en particular.
Dadas las preocupantes tendencias en la brecha racial en la participación electoral y el impacto de Shelby County que se ilustran en nuestro informe, urge que el Congreso, los académicos y los promotores del derecho al voto le presten atención a las palabras de Lewis.
Es hora de promulgar la Ley para Promover el Derecho al Voto de John R. Lewis (John R. Lewis Voting Rights Advancement Act) para actualizar y restaurar el sistema de aprobación previa y la Ley de Derecho al Voto de 1965.
Traducción de Keynotes Translations and Editorial Services