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Donald Trump y Robert F. Kennedy Jr. están exigiendo el uso de boletas de papel para las elecciones de 2024. Tienen razón en cuanto a esta política: las boletas de papel son una de las medidas de seguridad más importantes que pueden adoptar los estados.
Las personas votantes pueden verificar con facilidad si la boleta refleja correctamente sus preferencias antes de emitir su voto cuando sus selecciones se registran en papel. Pero están siendo engañosos en cuanto a los hechos: los estados ya lo están haciendo. Casi todos los votos que se emitan en las elecciones de 2024 se registrarán en papel.
Quizá Trump y Kennedy estén un poco atrasados. O quizá sus alegaciones falsas sean otro intento de debilitar la confianza en nuestras elecciones difundiendo información errónea.
El regreso al uso generalizado de boletas de papel ha sido un excelente triunfo para la seguridad electoral. Después de que el Congreso aprobara la Ley para Ayudar a América a Votar (HelpAmerica Vote Act, HAVA por sus siglas en inglés) en 2002, que eliminó gradualmente el uso de máquinas de votación con palancas y tarjetas perforadas tras varias controversias durante las elecciones del 2000, muchos estados implementaron sistemas de votación electrónicos con registro directo.
Estas máquinas con pantallas táctiles almacenan los votos directamente en la memoria de la computadora. Si bien algunas también imprimían registros en papel de las selecciones de cada votante, muchas de las máquinas que se usaban no tenían esta funcionalidad. Por eso, aproximadamente la cuarta parte de toda la población votante vivía en jurisdicciones que tenían equipos de votación sin registros en papel hace unos diez años.
Pero, las elecciones de 2016, en las que hubo ciberataques rusos contra nuestra infraestructura electoral, pusieron de relieve los viejos problemas de seguridad ocasionados por las máquinas de votación que no tenían registros en papel. Con la ayuda de más $800 millones en fondos federales, los estados rápidamente dejaron de utilizar estos sistemas anticuados.
A medida que los estados continúan actualizando sus equipos de votación y retiran los sistemas sin registros en papel, casi todo el electorado ahora vive en jurisdicciones con sistemas de votación que tiene un registro en papel de cada voto emitido. A nivel nacional, prevemos que aproximadamente el 98 por ciento de todos los votos se emitirán en papel durante las elecciones generales de 2024 (según datos provenientes de VerifiedVoting y de la Encuesta sobre la Administración Electoral y la Votación de la Comisión de Asistencia Electoral). Esta cifra representa un aumento del 93 por ciento comparado a los votos que se emitieron en papel hace cuatro años.
Los condados de todos los estados, con la excepción de dos, han adoptado sistemas de votación que tienen registros en papel; los condados en los dos estados que faltan, Luisiana y Texas, tienen planeado implementar el cambio pronto, pero es probable que no puedan completar la transición para este otoño.
Cabe resaltar que todos los estados pendulares que muy probablemente terminen decidiendo las elecciones presidenciales de 2024 —Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin— utilizan sistemas de votación con registros en papel. En algunos estados, la persona votante rellena las boletas de papel a mano. En otros, después de que la persona selecciona sus preferencias en una pantalla táctil, la máquina imprime una boleta o registro en papel para que la persona votante lo revise antes de emitir su voto.
Las boletas de papel facilitan las auditorías posteriores a una elección, que las autoridades utilizan para verificar la precisión de los conteos de las máquinas. Cuarenta y ocho estados requieren la realización de auditorías poselectorales de algún tipo.
En cada uno de los estados pendulares, las autoridades electorales cuentan manualmente una muestra de registros en papel y los comparan con los conteos electrónicos para confirmar que las máquinas de votación hayan contado las boletas correctamente y producido totales precisos.
Con estos múltiples procesos, el público recibe lo mejor de los dos mundos: las autoridades electorales, primero, utilizan las máquinas de votación para contar todas las boletas, porque las máquinas son más precisas, rápidas y económicas que contar todas las boletas manualmente, mientras que las verificaciones humanas confirman que estas máquinas hayan contado las boletas correctamente.
Las boletas de papel son tan solo una de las muchas medidas que implementan las autoridades electorales para contar boletas y garantizar la precisión de los resultados.
Otras medidas son, por ejemplo, utilizar sistemas de votación verificados que cumplen con estándares de seguridad federales y estatales, y poner a prueba las máquinas de votación antes de que las personas vayan a votar para confirmar que estén funcionando como corresponde. Pero las boletas de papel son especialmente importantes a la hora de garantizar la confianza en los resultados de nuestras elecciones. Ante cualquier duda sobre la precisión de los conteos electrónicos, las autoridades electorales pueden recurrir a los registros en papel para confirmarlos.
Traducción de Ana Lis Salotti.