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Actualización del 20 de enero de 2025: Después de posesionarse, Trump indultó prácticamente a todos los insurrectos del 6 de enero.
El presidente electo Donald Trump, en el mismo día que inaugurara la era 2.0 de su presidencia, indultó a cientos de personas que se tomaron el Capitolio el 6 de enero de 2021.
En campaña, Trump describió a los asaltantes del 6 de enero como “prisioneros políticos”, convenientemente olvidándose del hecho de que aquellos que van avanzando a través del sistema de justicia penal fueron imputados por un gran jurado y sentenciados ya sea por jurados o jueces federales. Trump los llama “grandes patriotas”.
Incluso en la apertura de su primer mitin de campaña en Waco, Texas, sonó el tema “Justice for All”, una canción grabada desde un celular por los asaltantes encarcelados al ritmo del himno nacional “Star Spangled Banner”.
Indultarlos sería, como ha dicho el presidente Michael Waldman del Brennan Center, un mal uso del poder presidencial de clemencia. Y en efecto, dos tercios de los estadunidenses están opuestos, según una reciente encuesta del Washington Post.
El Artículo II, sección 2, de la Constitución le da amplio poder a los presidentes para “conceder indultos y perdones por ofensas contra los Estados Unidos”, excepto sólo en “casos de impeachment”, o sea, para impedir que sean sometidos a un juicio político de destitución por el Congreso. De cualquier otra manera, el poder tanto para indultar crímenes como para conmutar sentencias no tiene restricción alguna, excepto, tal vez, la limitación de un presidente a indultarse a sí mismo, lo cual aún no ha sido puesto a prueba en las cortes.
En otras palabras, Trump puede indultar a los acusados del 6 de enero. No estaría violando la ley o excediendo el poder que le concede la Constitución. Pero mientras que hacerlo no es técnicamente un abuso de su poder, significaría una aberrante violación sin precedentes a la confianza que el pueblo estadunidense deposita en sus líderes.
A mediados de diciembre, el presidente Biden indultó a 39 personas condenadas por crímenes no violentos y conmutó las condenas de unas 1,500 personas más que habían cumplido los requisitos para el egreso anticipado de la cárcel durante la pandemia del Covid-19 y tuvieron éxito en reintegrarse a sus comunidades.
Biden reflexionó sobre su ejercicio del poder de indulto cuando tomó esta acción y dijo, “Tengo el gran privilegio de conceder clemencia a personas que han demostrado remordimiento y rehabilitación, restaurando a los estadunidenses la oportunidad de participar en la vida diaria y contribuir a sus comunidades”.
Este grupo incluye a “padres y madres, veteranos, profesionales en salud, docentes, activistas y miembros comprometidos con sus comunidades”.
Por el contrario, según un reportaje compilado por el periodista Ryan Reilly de NBC, los acusados del 6 de enero fueron capturados en videos portando y utilizando armas de fuego, pistolas paralizantes, astas de banderas, extintores, portabicicletas, garrotes, un látigo de metal, muebles de oficina, gas pimienta, gas pimienta para osos, una hacha, una hacha de mano, un palo de hockey, guantes tácticos, un bate de beisbol, un enorme cartel publicitario de Trump, banderas de Trump, una horqueta, pedazos de madera, muletas e incluso un dispositivo explosivo durante el ataque al Capitolio.
Más de 140 oficiales de la policía resultaron heridos y miembros de Congreso huyeron del edificio temiendo por sus vidas. (Las conmutaciones a las sentencias de 37 personas en el corredor de la muerte hechas por Biden no deberían ser confundidas con la acción propuesta por Trump. Conmutación significa que las personas tendrán que cumplir cadena perpetua en prisión en vez de una pena de muerte, lo cual es muy diferente a la salida inmediata que Trump ha planteado para los acusados del 6 de enero).
Es aún más grave si Trump se propone indultar a miembros de las organizaciones Oath Keepers y Proud Boys, quienes han sido condenados por conspiración sediciosa, algo que Trump no ha descartado.
El juez Amit Mehta, quien sentenció al líder de los Oath Keepers Stewart Rhodes —egresado de la Facultad de Derecho de Yale— a 18 años de prisión por conspiración sediciosa dijo, “La idea de que Stewart Rhodes pueda ser absuelto es aterradora, y debería asustar a cualquiera que le importe la democracia”.
Si Trump perdona a los asaltantes del 6 de enero, él estaría usando el poder de indulto para borrar un ataque a la Constitución y al país. El propósito de este ataque fue para su beneficio personal —si hubiera tenido éxito, pudo haberle permitido quedarse en el poder después de perder las elecciones, contrario a cada principio de la democracia estadunidense.
Un ejercicio del poder de indulto en ese orden de ideas no tendría ningún parecido a la intención de los padres fundadores la nación. El poder del indulto, el cual se incluyó solo después de un extenso debate, se basa en la “prerrogativa de clemencia” inglesa que tenían los reyes y reinas para deshacer un castigo que se consideraba demasiado severo. No se trataba de recompensar a quienes son leales a un político.
Indultar a personas sentenciadas por conspirar con interferir en la legítima y pacífica transferencia de poder después de las elecciones presidenciales del 2020 no es una concesión correcta de clemencia. Muy pocos de los acusados han demostrado remordimiento, y algunos hasta se han mostrado abiertamente desafiantes, como Ryan Grillo, quien dijo, “Trump me va a indultar de todos modos” después de que el juez Royce Lamberth lo sentenció en diciembre.
Los transgresores del 6 de enero a los que Trump se ha comprometido a indultar no son personas que cometieron crímenes no violentos durante los últimos años de su adolescencia y a principios de sus 20 y, después de haber cumplido una parte significativa de sus sentencias, están ahora preparados para volver a sus comunidades como personas rehabilitadas que merecen una segunda oportunidad.
El regreso de los acusados del 6 de enero les daría un impulso a los grupos de supremacía blanca y terrorismo doméstico en los cuales muchos de ellos participaron antes de tomarse el Capitolio, y dañaría severamente el efecto disuasorio de nuestras leyes en contra de una futura agresión.
Ha sido una práctica en las más recientes administraciones utilizar la Oficina del Abogado de Indultos dentro del Departamento de Justicia para evaluar las solicitudes de indulto y conmutación antes de que sean llevadas a abogados de la Casa Blanca y el presidente para una decisión. Ese proceso incluye una extensa evaluación de la solicitud de cada persona, incluyendo consultas con fiscales, abogados, jueces, víctimas, oficiales de libertad condicional, personal carcelario y otros para determinar si la solicitud de clemencia estaría en servicio de los intereses de la justicia sin poner en peligro a la comunidad.
Los indultos a menudo se han empleado con el interés de justicia igualitaria cuando las personas están cumpliendo largas sentencias que ya no se dictan así, o en caso de rehabilitaciones extraordinarias en las cuales las personas han demostrado un compromiso con el futuro de sus comunidades. Ninguna de estas consideraciones está en juego con los trasgresores del 6 de enero.
La clave para los indultos de Trump es que no se tratan de personas y sus comunidades. Se tratan de lealtad personal hacia él.
Trump convocó a estas personas al Capitolio para apoyarlo y ahora los perdonará para completar esa transacción. Trump utilizará su poder de indulto para dejar en claro que la violencia y la violación de la ley pueden ser perdonadas si están al servicio de él mismo.
Indultar a los asaltantes es un grotesco abuso del poder de indulto porque, bajo el manto de una autoridad legítima, pondría un sello de aprobación presidencial a crímenes que llegan al núcleo de un ataque a nuestra democracia, un intento por deshacer la voluntad del electorado y poner en el poder a un hombre que perdió la elección para liderar el país.
Al promover su voluntad de indultar a las personas que lo apoyaron en vez de a la Constitución, Trump está enviando un mensaje a quienes está contando lo respalden durante su segunda era: Si lo protegen, él va a cuidar de ellos. Es un mensaje apropiado para un futuro autoritario.
Traducción de Ana Lis Salotti.