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Este año de elecciones nos obligará no solo a que garanticemos elecciones libres y justas, sino también a que nos aseguremos de que nunca más ocurra algo parecido al 6 de enero.
Para eso, de más está decir que se necesita una rendición de cuentas legal. Ello ya ha comenzado a ocurrir intermitentemente, cuando al expresidente por fin se le han imputado cargos en el nivel federal y estatal.
Pero también debemos fortalecer las salvaguardas. En 2022, el Congreso promulgó una importante actualización a la anticuada Ley de Conteo Electoral (Electoral Count Act), pero hay más por hacer. Debemos impulsar con confianza un plan convincente para fortificar la democracia de los Estados Unidos.
Hay mucho, muchísimo más por hacer para proteger y fortalecer nuestra democracia en 2024.
Más abajo se incluyen enlaces a algunos de los trabajos más importantes del Brennan Center, donde se identifican las mayores amenazas a la seguridad electoral, seguidas por propuestas específicas y sensatas sobre cómo prevenirlas. Ofrecemos recomendaciones para las legislaturas estatales, fiscalías y miembros del Congreso, a los que les toca desempeñar un papel fundamental para confrontar el negacionismo electoral y el sabotaje de elecciones.
No basta con “agitar la camisa ensangrentada”, como se dijo después de la Guerra Civil. En 2020, no veíamos venir lo que pasó el 6 de enero. Ahora, si las personas negacionistas de elecciones logran destruir la democracia más antigua del mundo, los únicos que tendremos la culpa seremos nosotros.
Las soluciones
Fortalecer la seguridad electoral
Nuestros sistemas electorales se han vuelto cada vez más vulnerables a amenazas extranjeras y nacionales muy cambiantes. Desde el mayor riesgo de posibles ciberataques a la facilidad con la que se pueden utilizar herramientas de inteligencia artificial para atacar el derecho al voto y los resultados de las elecciones, garantizar la seguridad de las próximas elecciones será todo un reto.
Entre otras medidas clave, las agencias federales deben asignar más recursos para reforzar la seguridad de las elecciones, y las legislaturas estatales deben fortalecer las protecciones existentes para el electorado, las autoridades y trabajadores electorales y los sistemas electorales. “La democracia de los Estados Unidos depende de ello”, escriben Derek Tisler y Lawrence Norden. LEER MÁS
Procesar a quienes saboteen las elecciones
Después del intento de un golpe de estado fallido en 2020, muchas autoridades electorales temen que el riesgo de interferencia electoral siga amenazando nuestras elecciones. Para prevenir cualquier intento futuro de sabotaje, hay que procesar legalmente a quienes violen las leyes que prohíben interferir con los resultados de las elecciones. El procesamiento judicial del expresidente Trump y otras personas por haber intentado anular su derrota en 2020 es un claro mensaje de que nadie está por encima de la ley. LEER MÁS
Reformar la Ley de Insurrección
Durante las últimas semanas, Trump amenazó con invocar la Ley de Insurrección (Insurrection Act) si sale reelecto, lo cual le permitiría utilizar la fuerza militar para aplacar cualquier protesta pública en su contra. Este tipo de amenaza es totalmente factible, dadas las facultades excesivas y casi desenfrenadas que le concede esta peligrosa ley. “Lo que se necesita es una reforma legislativa que proteja correctamente contra este tipo de abusos y, al mismo tiempo, conserve la capacidad de desplegar tropas en una verdadera crisis”, escriben Elizabeth Goitein y Joseph Nunn. LEER MÁS
Promulgar la Ley de Libertad para Votar
Promulgar leyes nacionales fortalecería el derecho al voto, propiciaría elecciones justas y les quitaría poder a las teorías conspirativas. El Congreso estuvo a muy poquito de hacerlo en 2022.
La Ley de Libertad para Votar (Freedom to Vote Act) y la Ley para Promover el Derecho al Voto de John R. Lewis (John R. Lewis Voting Rights Advancement Act) fueron aprobadas en la Cámara de Representantes y tenían el apoyo de la mayoría en el Senado, pero cayeron presas de una amenaza de filibusterismo, u obstrucción de la votación en el Senado. Estos proyectos establecerían normas nacionales, implementarían el registro automático de votantes, prohibirían la manipulación de distritos electorales, expondrían las donaciones de fondos anónimos en la política y restaurarían la ley más efectiva de la nación a la hora de combatir la discriminación racial en las urnas. En 2024, el electorado debe asegurarse de que el liderazgo político se comprometa a priorizar estas reformas afirmativas. LEER MÁS
Traducción de Ana Lis Salotti.
