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Análisis

La Junta Electoral del Estado de Georgia podría socavar la transparencia de las elecciones

Algunos integrantes de la Junta Electoral están tratando de reemplazar a un grupo de observadores electorales independientes del condado de Fulton por personas partidistas que podrían avivar la desconfianza en las elecciones del estado.

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La Junta Electoral del Estado de Georgia ha acaparado los titulares este verano, pero por los motivos incorrectos. Desde julio, tres de sus cinco integrantes están impulsando una serie de cambios equivocados en las reglas de votación, como la realización de evaluaciones disruptivas en la certificación de elecciones, en los procedimientos de la votación anticipada y en los procesos de devolución de boletas de voto en ausencia.

Estas nuevas reglas, que se prevé que sobrecargarán extremadamente al personal electoral y sembrarán dudas sobre los resultados de las elecciones, han provocado fuertes críticas de parte de directores electoralesvarias organizaciones activistas y el secretario de estado republicano Brad Raffensperger.

Además, estos mismos integrantes de la junta intentaron sostener una reunión por separado, sin el resto de la junta presente, para avanzar con otros cambios en las reglas, en contra de la recomendación de la fiscalía general. En su más reciente jugada, la Junta Electoral sugirió darles a personas partidistas un especial acceso para que observen e informen cómo se administran las elecciones en Fulton, el condado más poblado del estado y frecuente objetivo del movimiento negacionista electoral.

Faltando menos de tres meses para los comicios, algunos integrantes de la junta están tratando de interferir con un plan casi finalizado de nombrar a observadores independientes para que supervisen las elecciones de 2024 en el condado de Fulton, junto con los observadores asignados por cada partido político que ya permite la ley estatal.

La junta consideró una lista de observadores partidistas, entre ellos, una persona que ha difundido conspiraciones sobre las elecciones en Pensilvania y trabajó en una infame auditoría poselectoral engañosa realizada en el condado de Maricopa, Arizona, así como también un exlegislador de Pensilvania que intentó anular la certificación de los electores de ese estado en 2020.

Nombrar a observadores que carecen de la objetividad y estándares necesarios para realizar una evaluación electoral creíble es la receta perfecta para una campaña de desinformación dañina que podría exaltar los llamados a desechar votos legítimos y amenazar la seguridad electoral y la confianza en los resultados de las elecciones en el condado de Fulton.

Luego de las tumultuosas elecciones primarias que se celebraron en ese estado en junio de 2020 y en las que hubo larguísimas colas para votar en todo el estado, el condado de Fulton firmó una orden de consentimiento con la junta electoral del estado para mejorar sus procedimientos de cara a las elecciones generales. Para ello, se contrató al observador independiente Carter Jones que evaluó los procesos electorales del condado. Si bien señaló diversos "problemas de mala administración", Jones confirmó que no había habido casos de "deshonestidad, fraude ni actos ilícitos intencionales".

En mayo, la junta electoral del estado votó para nombrar a otro observador independiente para las elecciones generales de 2024 en el condado de Fulton como medida de precaución después de que el condado escaneó boletas en duplicado sin querer durante el recuento de las elecciones presidenciales de 2020 en ese estado.

Aunque la investigación no reveló ninguna instancia de fraude y las boletas en cuestión tampoco afectaron los resultados de las elecciones, el condado de Fulton tomó medidas para evitar errores en el futuro. Durante su reunión del 11 de julio pasado, la junta electoral del condado aprobó la asignación de cinco observadores electorales independientes para que observen las operaciones electorales desde agosto hasta noviembre.

Todas estas personas, que también fueron aprobadas por la oficina del secretario de estado Raffensperger, tienen amplia experiencia en la administración de elecciones. Las personas seleccionadas incluyen a una directora electoral del condado retirada, un exabogado general de la Secretaría de Estado, el observador independiente del condado que observó las elecciones generales de 2020 y un exmiembro de la Junta Electoral del Estado de Georgia.

Sin embargo, en lugar de finalizar los detalles para la propuesta del condado y la Secretaría de Estado, los integrantes de la Junta Electoral del Estado propusieron una lista alternativa de observadores que incluía a personas partidistas con antecedentes cuestionables. Además, inadmisiblemente le solicitaron al fiscal general que reabriera la investigación sobre el manejo de las elecciones de 2020 en el condado de Fulton, a pesar de que la investigación inicial no había hallado ninguna evidencia de fraude. (El fiscal general rechazó el pedido en una opinión oficial). El presidente de la junta estatal indicó, durante una reunión el 19 de agosto pasado, que se reunirá con el presidente de la junta electoral del condado de Fulton la semana entrante para hablar más sobre la selección de observadores.

Lo que debería ocurrir en esta próxima reunión es que la junta le dé su aprobación final a la lista de observadores independientes que tanto el condado de Fulton como la Secretaría de Estado ya aprobaron.

La transparencia en las elecciones es un elemento necesario para la confianza pública. Permite la rendición de cuentas de observadores externos y, al mismo tiempo, fomenta evaluaciones objetivas. Pero, desde el 2020, varios estados han llevado a cabo o exigido a sus funcionarios que lleven a cabo evaluaciones de las elecciones engañosas que son contrarias a los principios básicos que rigen sobre toda auditoría, como ocurrió en Pensilvania, Wisconsin y, quizá en el que el caso más notorio, el condado de Maricopa, Arizona. En cada uno de estos esfuerzos partidistas de reevaluar las elecciones, sus "auditores" no cumplieron con las medidas básicas de seguridad, precisión y confiabilidad que son esenciales para realizar una auditoría electoral creíble.

Afortunadamente, el condado de Fulton puede evitar sumarse a este grupo: aunque la junta electoral del estado proponga una nueva lista de observadores, la junta electoral del condado simplemente puede quedarse con su selección original. Dos de sus observadores seleccionados tienen una experiencia y una objetividad demostrada específicamente en las elecciones del condado de Fulton, y todas son personas neutrales, experimentadas y capacitadas que cumplen con los estándares necesarios para efectuar una evaluación electoral creíble.

La Junta Electoral del Condado de Fulton debe permanecer firme contra cualquier intento de concederles a observadores partidistas un acceso especial a los registros, manuales y equipos electorales sensibles. Si eso ocurriera, se prestaría para el abuso, les daría una apariencia de legitimidad a las alegaciones falsas sobre las elecciones y desperdiciaría el dinero de la gente que paga sus impuestos.

Cualquier escenario en la que a un observador descalificado se le dé un cargo estatal para que inyecte su sesgo partidista en el proceso democrático a través de un proceso de evaluación exhaustivo sería un peligro para el condado y para los resultados de las elecciones en general. Y cuando ya hay observadores capacitados nombrados por los partidos políticos y preparados para observar los sitios de votación y centros de conteo de boletas en Georgia, este tipo de medidas arriesgadas son completamente innecesarias.

Traducción de Ana Lis Salotti.