Los primeros seis magistrados de la Corte Suprema
La Constitución organizó el poder judicial federal y lo dividió en una “corte suprema” y la cantidad de “cortes inferiores” que el Congreso decida crear, pero, en términos generales, es increíblemente escueto en detalles. Los fundadores de la Constitución brindaron muy pocos detalles sobre las facultades y las responsabilidades de la Corte Suprema.
La Ley del Poder Judicial de 1789 (JudiciaryAct)llenó algunos de los vacíos y creó las bases para lo que se convertiría luego en el sistema judicial moderno de los Estados Unidos. Firmada por George Washington, esta ley estableció una Corte Suprema de seis miembros —compuesta por un presidente y cinco magistrados asociados— y, además,instauró el cargo de fiscal general de la nación.
Como el primer presidente del país, Washington nombró a más magistrados de la Corte Suprema que cualquier otro presidente de los Estados Unidos, ya que, durante su presidencia, seleccionó a un total de ocho magistrados asociados y tres presidentes de la Corte (uno de los cuales no fue confirmado por el Senado). Algunos de sus primeros seis magistrados fueron aliados políticos y otros, figuras públicas destacadas cuya reputación ayudaría a consolidar la naciente legitimidad de la Corte.
- John Jay (presidente de la Corte). Aliado cercano a Washington y federalista vehemente, Jay ayudó a negociar el Tratado de París que puso fin a la Guerra Revolucionaria con Gran Bretaña; luego, se desempeñó como secretario de relaciones exteriores según los Artículos de la Confederación. Mientras ejercía su cargo de presidente de la Corte Suprema, Jay también se presentó como candidato a gobernador del estado de Nueva York (dos veces) y negoció el criticado “Tratado de Jay” con Gran Bretaña. Cuando fue elegido gobernador en 1795, Jay renunció a su cargo en la Corte.
- John Blair Jr. Blair se destacó por su fama de jurista imparcial y talentoso mientras trabajaba en el Tribunal de Apelaciones de Virginia, donde creó el principio de la “revisión judicial”, que se refiere a la autoridad que tienen los tribunales de invalidar cualquier acción del poder legislativo o del poder ejecutivo que viole la Constitución. En los casi seis años que ocupó el estrado de la Corte Suprema, Blair atendió tan solo 13 casos y renunció en 1796 por motivos de salud.
- William Cushing. Cushing fue, por mucho, el jurista más experimentado de los primeros seis magistrados que nombró Washington: comenzó su cargo a los 57 años y había ejercido como juez en Massachusetts desde los 28. Era hombre de pocas palabras —su opinión más breve durante su mandato en la Corte Suprema fue de apenas dos oraciones—, pero fue también el magistrado que más tiempo se desempeñó en la Corte de los primeros seis. Washington incluso lo nombró presidente de la Corte para que sucediera a Jay, pero Cushing renunció al cargo tan solo una semana después, por motivos de salud. Permaneció en la Corte como magistrado asociado hasta su muerte en 1810.
- Robert Hanson Harrison. Otro aliado cercano a Washington al haber sido su ayudante de campo y secretario militar durante la Revolución, Harrison, en realidad, nunca se desempeñó como magistrado de la Corte Suprema. Estaba demasiado enfermo como para aceptar su nombramiento y murió a los pocos meses de la primera sesión de la Corte en 1790. Al final, Washington nombró a James Iredell, jurista de Carolina del Norte y líder federalista, para reemplazar a Harrison.
- John Rutledge. Figura respetada de Carolina del Sur, Rutledge no pudo asistir a las primeras sesiones de la Corte Suprema debido a sus problemas de salud y solo examinó unos pocos casos en el circuito sur antes de renunciar en 1791. Cuando John Jay se retiró, Washington le concedió a Rutledge su solicitud de asumir la presidencia interina de la Corte. Pero, al retomar las sesiones luego del período de receso del Congreso, el Senado rechazó su nombramiento permanente casi seis meses después, citando un discurso trastornado que había dado Rutledge en contra del Tratado de Jay, en el que había hecho la infame declaración de que preferiría que Washington muriera a que firmara el tratado. Rutledge se alteró tanto por la noticia que intentó suicidarse tirándose a las aguas de la bahía de Charleston, pero dos hombres esclavos lo salvaron. Sin embargo, su carrera política no sobrevivió al incidente.
- James Wilson. Wilson recibe la doble distinción de ser el único magistrado de la Corte Suprema que firmó tanto la Declaración de la Independencia como la Constitución de los Estados Unidos. Miembro influyente en la Convención Constitucional —ayudó a crear el Colegio Electoral y el Acuerdo de las Tres Quintas Partes—, Wilson terminó arruinado debido a problemas financieros. Fue encarcelado dos veces mientras ocupaba su cargo en la magistratura por no pagar deudas de bienes raíces.
Los primeros seis miembros de la Corte fueron confirmados por el Senado a los dos días de su nominación: un logro que sería casi imposible hoy en día, dadas la polarización y la carga política del proceso de confirmación de magistrados, que se han convertido en la norma durante las últimas décadas.
La Corte Suprema iba a celebrar su primera sesión el día 1 de febrero de 1790 en el edificio Royal Exchange de la ciudad de Nueva York, que era la capital de la nación en ese entonces. La sesión se postergó debido a demoras de viajes y, al final, solo cuatro de los seis magistrados pudieron asistir. Fue un comienzo poco propicio para el tribunal supremo de los Estados Unidos.